jueves, 28 de enero de 2010

La Importancia del vinculo temprano




Durante los primeros meses de vida, el bebé tiene los rudimentos de un lenguaje de amor. Es el lenguaje del abrazo, de la mirada, de la sonrisa, de las comunicaciones de placer y molestia. Este es el vocabulario amoroso antes de que se pueda hablar de amor.

 
Inmediatamente después de nacido, el bebé tiene un período muy sensible de alerta que dura aproximadamente una hora y que permite iniciar el vínculo afectivo temprano con su madre. Si se cuenta con una madre alerta y despierta a la que se le permite sostener a su bebé en los brazos para darle la bienvenida, acariciarlo y manifestarle su amor, se aprovecha este período de sensibilidad inicial para el establecimiento de este fundamental requisito en la relación madre-hijo: el apego. Después de este período, el vínculo puede aún integrarse, pero es más difícil. El contacto visual es muy intenso; la madre mira al bebé y éste le regresa la mirada. La madre automáticamente cambia el tono de su voz. Esta comunicación entre la madre y su hijo no es solamente sonora sino que incluye también movimiento: así el bebé se mueve en sincronía con las palabras de su madre en una especie de danza. El bebé no responde de igual manera a otros sonidos distintos al lenguaje.
Esta interacción entre la madre y el hijo inmediatamente después del nacimiento no es solo satisfactoria para ambos, sino que también es fisiológicamente necesaria. Lo más importante, es la existencia de un “dialogo” muy particular de intercambio de mensajes, de demandas y respuestas. Dialogo particular porque en estos primeros tiempos de la vida de un ser humano, esta comunicación se efectúa a través de la tonicidad muscular, de la mirada o contacto visual entre ambos, de las expresiones vocales (llanto, gorjeo, etc.),del tacto, la postura.
Y si bien estas expresiones pasan como desapercibidas y obvias en lo natural de ese vínculo entre padres y bebés, contienen todo el potencial del inicio de todo vínculo posterior.
En el momento que una madre toma en brazos a su recién nacido, lo toca, le habla, lo acaricia, lo mira y brinda su calor, son desde un principio otros tantos estímulos vinculares que ya el recibe y que el también podrá responder. La descodificación de los mensajes y señales que envía el niño lo incluye en una historia familiar que otorga sentido a eso que el “dice, ratificando ese lugar de ser alguien para alguien. Algo tan trascendente en la vida de un ser humano es lo que transcurre de lo más naturalmente cuando alguien elige ese nombre para un hijo, cuando la mama lo amamanta o lo calma porque llora, o cuando el papá dice que no quiere esa comida “porque ya tiene mi carácter”. es allí donde se va filtrando la particularidad de ese vinculo esencial y que constituye la base de todas las futuras interacciones. Fomentar el inicio del vínculo materno-infantil inmediatamente después del nacimiento, ayuda a una apertura hacia la conducta maternal que se organiza durante la experiencia del parto y se consolida por la presencia del bebé. El recién nacido desencadena el mismo repertorio de comportamientos afectivos en el padre que en la madre: también el padre hace ruiditos, contempla a su hijo, le habla y sonríe con naturalidad. Si se le da oportunidad, el hombre puede ser tan "maternal" como la mujer, protector, generoso, estimulante, receptivo a las necesidades de su hijo y cuidadoso. La confianza en sí mismo y la imagen de sí mismo del niño, serán resultado de todos los mensajes que recibe de sus padres. Si esto ocurre a través de las caricias y abrazos de su madre, del juego físico del padre, o viceversa, no importa en realidad: lo importante es que en conjunto recibe de sus padres los estímulos que lo llevan a ser él mismo. El contacto que el niño establezca con su madre los primeros meses de vida son claves para su desarrollo psíquico posterior. Esta primera relación con 'otro' va a determinar de qué manera el sujeto se va a vincular con las personas y con las cosas el resto de su vida.  A través del masaje proporcionamos a los padres un tiempo para familiarizarse con el lenguaje corporal de su hijo. El masaje infantil ayuda a intensificar la unión iniciada en el momento de nacer. El niño aprende a disfrutar de la comodidad agradable de la seguridad de amar y ser amado. Va adquiriendo conocimiento sobre su cuerpo a medida que su madre le enseña cómo relajar un brazo tenso, o le ayuda a liberar los gases que le causan malestar. Los estudios sobre el proceso de vinculación señalan que los padres se sienten mas cerca de sus hijos si pueden extraer una respuesta positiva de una serie de acciones. El masaje, que combina intimidad, comunicación, juego y cuidados, puede hacer que el progenitor se sienta mucho más competente. La técnica concreta del masaje en este caso (que existe y es específica) resulta secundaria; lo que deviene fundamental es la perspectiva educativa que hay detrás de la concepción de la necesidad del masaje y de su entorno afectivo envolvente. El masaje obliga a la madre y al padre a tocar y a contactar emocionalmente, con las expresiones espontáneas y comunicativas del bebé o del niño pequeño. El masaje infantil busca el beneficio físico en el niño: “actúa en los seres humanos como lo hace el lamer en los animales” (Vímala Mc Clure) pero, sobre todo, representa un tiempo íntimo de escucha y contacto que por ser corporal lo es también emocional. El masaje obliga a pedir permiso al bebé o al niño, a mirarle a los ojos, a hablarle, a tocarle y a amarle profundamente. El masaje infantil refuerza los vínculos emocionales y afectivos con la madre, el padre, etc. Especialmente para el padre occidental el masaje puede representar una ocasión para acercarse a su bebé como lo hace la madre desde sus funciones de crianza:
“Así como la lactancia –con su intimidad, contacto cutáneo y comunicación cara a cara– proporciona un constante refuerzo al vínculo entre madre e hijo, el masaje corporal puede ser la vía equivalente que mantenga al padre en continuo contacto con el recién nacido” (Vímala Mc Clure)

Bibliografia consultada
Masaje infantil - Vimala Schneider Mc Clure - Medici - Barcelona
Manual del Instructor de Masaje Infantil- Schneider- Asociación Internacional de Instructores de Masaje Infantil- 1992
El sentido del tacto - Ashley Montagu - Aguilar
Trabajo de investigación “Enfoque bioético de la experiencia madre canguro”- Prof. Victor Barrios.
La relación más temprana.- T. Berry Brazelton - Paidos.- Barcelona - 1993

sábado, 16 de enero de 2010

Embarazo: Las molestias habituales


La lista puede ser interminable y lo peor es que no te dejan tomar casi ningún medicamento para paliar los síntomas.


DOLOR DE ESPALDA
Es uno de los problemas más comunes. Casi la mitad de las embarazadas lo padecen durante alguna etapa de la gestación. Existen tres clases de dolor:

• En la cintura al levantarte o sentarte.

• En la parte posterior de la pelvis y en los glúteos.

• En la cintura al acostarte. Estos dolores se producen por el sobresfuerzo que realiza la espalda para soportar el peso extra y los cambios posturales.

¿Qué puedo hacer? Presta atención a tu postura. Trata de mantener las caderas hacia adelante y la espalda recta. No camines arqueando la espalda ni sacando la barriga. Usa zapatos de tacón bajo con buen apoyo en el arco del pie. Además, evita pasar mucho tiempo de pie, siéntate en sillas con un buen apoyo para la espalda y colócate un cojín pequeño detrás de la cintura. Practica ejercicio para fortalecer los músculos de la zona. Realiza masajes descontracturantes y de relax.

FATIGA
Muchas mujeres se sienten más cansadas de lo habitual. Al principio del embarazo, el cuerpo produce mayores cantidades de progesterona, lo que te puede hacer sentir lenta y somnolienta. Además, bombea más sangre para transmitirle nutrientes al bebé. Durante el último trimestre, tendrás dificultades para dormir por los movimientos del feto, la necesidad de orinar con más frecuencia y los calambres en las piernas.

¿Qué puedo hacer? Duerme la siesta o tómate descansos en el trabajo. Acuéstate más temprano de lo habitual y, para evitar levantarte durante la noche, toma suficientes líquidos durante el día.

DOLOR DE CABEZA
La cefalea es un síntoma bastante frecuente durante el embarazo. Puede aparecer en una mujer que nunca la ha padecido o bien como exacerbación de un síntoma ya presente fuera del embarazo. Es común durante el primer trimestre y obedece a diferentes factores:

• Cambios hormonales. El incremento de los valores de estrógenos conduce a una congestión sanguínea y a una vasodilatación que frecuentemente exacerba una cefalea preexistente.

• Cambios metabólicos. Durante los primeros meses es frecuente una disminución de la glucosa que induce una reducción de la tensión arterial acompañada de mareos y dolor de cabeza.

¿Qué puedo hacer? Para evitar la hipoglucemia, come cada dos o tres horas, no realices un desgaste energético exagerado y practica actividades físicas no extenuantes.
Si el dolor ya ha hecho su aparición, recuéstate a oscuras sobre el lado izquierdo y ponte paños fríos sobre la frente. Consume alimentos azucarados.

ESTREÑIMIENTO
Durante la gestación, los movimientos intestinales disminuyen, aunque este problema también puede deberse a cambios hormonales o al aumento del tamaño del feto.

¿Qué puedo hacer? Lleva a cabo una dieta equilibrada que incluya una cantidad suficiente de fibra (de 25 a 30 g/día). Además, camina media hora diaria.

ARDOR DE ESTÓMAGO
Muchas mujeres sufren de acidez estomacal por primera vez durante el embarazo, en especial en el segundo y tercer trimestre. Si bien no suele ser un signo de problemas graves, es incómodo o doloroso.

¿Qué puedo hacer? Come poco pero frecuentemente de cinco a seis veces al día; bebe menos líquidos en las comidas; evita las comidas picantes, fritas o grasientas, así como el chocolate, la cafeína y otros alimentos que causan ardor estomacal.

CIÁTICA
En el segundo y tercer trimestre, hasta un 30% de las mujeres padecen dolores lumbares o ciática. El dolor se origina en el nervio ciático, que parte de la zona inferior de la espalda atravesando los glúteos y se prolonga hasta el final de las piernas. Generalmente, esta dolencia se debe a que la musculatura de la espalda se sobrecarga y se contractura.

¿Qué puedo hacer? Aplica calor seco en la zona varias veces al día, mantén la espalda lo más recta posible y evita estar sentada largos periodos de tiempo. Utiliza zapatos blandos y con un tacón bajo. Realiza masajes para aliviar la zona.

CALAMBRES EN LAS PIERNAS
Suceden cuando los músculos se tensan repentinamente causando dolor intenso y, por lo general, por la noche. Los músculos se tensan por: falta de líquidos, esguince muscular o por permanecer en la misma posición durante un período prolongado.

¿Qué puedo hacer? Realiza un suave estiramiento antes de irte a dormir y aplica calor suave sobre la zona de las pantorrillas. Evita permanecer sentada o de pie durante un período prolongado y bebe líquidos en abundancia.

HEMORROIDES
Suelen hacer su aparición durante el tercer trimestre. Las causas comunes de las hemorroides son: hacer fuerza al mover el vientre y la presión del exceso de peso.

¿Qué puedo hacer? Bebe líquidos en abundancia, toma alimentos ricos en fibra, practica ejercicio regularmente y evita estar de pie o sentada durante periodos largos.

HINCHAZÓN
El líquido adicional que tienes en tu cuerpo te ayuda a prepararte para el embarazo y el parto y es el responsable de gran parte del aumento de peso durante el embarazo.

¿Qué puedo hacer? No utilices ropa ajustada, acuéstate de lado y eleva las piernas (ponlas sobre un cojín o apóyalas en una pared). Realiza Drenaje Linfatico manual y segun el momento del año, usa vendas eslásticas.

VARICES
Las favorecen la presión del útero sobre las venas pelvianas, el aumento del volumen de sangre que circula en el cuerpo y las hormonas que relajan las fibras musculares presentes en las paredes de las venas.

¿Qué puedo hacer? Evita los tacones, la ropa ajustada y levantar mucho peso. Realiza masajes de retorno venoso y Drenaje Linfatico Manual.

miércoles, 13 de enero de 2010

Embarazo, Belleza y Spa



¿Es una buena idea hacerse masajes para el embarazo? 

Por lo general se considera que el masaje para el embarazo o masaje prenatal es seguro. Hable primero con su profesional de la salud. Cerciórese de que el masajista esté al tanto de su embarazo y de toda circunstancia especial.
El masaje para el embarazo es una técnica creada especialmente para ayudar a las embarazadas a tratar los efectos secundarios del embarazo. El masaje le resulta reconfortante a muchas embarazadas porque puede:
  • Reducir el estrés físico y emocional
  • Aliviar el dolor de espalda
  • Reducir la hinchazón
  • Aliviar dolores de cabeza y malestares musculares
El masaje puede durar hasta una hora. No debe ser intenso como para sentir dolor. Algunos masajistas le piden a las embarazadas que se recuesten de costado. Otros ofrecen almohadas especiales para que las mujeres puedan acostarse boca abajo. Si es sensible a los olores, podrá pedir lociones y aceites sin fragancia. Muchos salones de masaje ofrecen masajes para parejas y de ese modo su pareja puede aprender cómo ayudarla entre las sesiones de masaje.
Antes de hacerse un masaje, hable con su profesional médico si tiene:
  • Presión arterial alta
  • Diarrea
  • Náuseas
  • Fiebre
  • Diabetes
  • Flujo copioso

¿Son seguras las camas solares durante el embarazo? ¿Puedo tomar sol? 

La mayoría de los expertos no aconseja broncearse sea o no que esté embarazada. Cuando la piel se broncea, está tratando de protegerse contra la radiación ultravioleta (UV). Estos rayos son malos para la piel porque:
  • Aumentan el riesgo de cáncer de piel
  • Le causarán una quemadura grave si se expone demasiado tiempo a ellos
  • Intensifica las señales de envejecimiento
Los rayos ultravioleta son malos para todas las personas, pero tomar sol es especialmente perjudicial durante el embarazo. Es probable que la piel sea más sensible a la luz solar que antes y puede quemarse fácilmente. Sentarse al sol caliente (o en una cama solar) durante mucho tiempo le sobrecalentará el cuerpo o la hará perder fluidos corporales (deshidratarse). Esos dos factores son malos para el bebé en crecimiento. Además, los rayos UV pueden desintegrar el ácido fólico, una vitamina importante que ayuda al desarrollo del cerebro y de la médula espinal del bebé.
La mejor manera de broncearse durante el embarazo es usar lociones o rociadores para broncearse sin sol. Si se sienta al sol, use protector solar y beba mucha agua para mantenerse fresca e hidratada.

¿Corro riesgos si me tiño el cabello durante el embarazo? 

No existe evidencia de que los productos químicos de la tintura de cabello perjudiquen al bebé. La cantidad de tintura que normalmente se usa en el cabello no es suficiente como para presentar un riesgo mayor para usted o su bebé.
Si le preocupa teñirse el cabello durante el embarazo:
  • Use guantes para que la piel absorba menos tintura.
  • Cerciórese de que el ambiente esté bien ventilado para que no aspire los productos químicos demasiado tiempo.
  • No se deje la tintura por más tiempo de lo que recomiendan las instrucciones.
Si aun así le preocupa, tenga en cuenta hacerse rayitos. Como la tintura de los rayitos normalmente no toca el cuero cabelludo, la piel no la absorberá. La tintura no se absorbe si se aplica sólo en el cabello. También puede probar tinturas vegetales o la henna.

¿Me puedo hacer la manicura durante el embarazo? 

Las manicuras y pedicuras son una manera ideal de relajarse, pero probablemente no sean la mejor opción para mimarse durante el embarazo. Las uñas pueden cambiar mucho durante el embarazo:
  • Pueden crecer más rápido.
  • Pueden ser más gruesas y fuertes.
  • Pueden resquebrajarse y romperse con mayor facilidad.
Si se le resquebrajan mucho las uñas, manténgalas cortas y arregladas. Evite el esmalte de uñas y el quitaesmaltes. La piel puede absorber los productos químicos fuertes de estos productos y también puede inhalarlos. Si el olor de esmalte y quitaesmalte es fuerte en su salón de bellezas o spa, es probable que no le convenga pasar demasiado tiempo ahí durante el embarazo.
Pronto actualizaré este espacio.... Dani :)

¿Cómo tengo que acostar a mi bebé?

Tenemos a ese ser diminuto en nuestros brazos, sabemos que estos primeros meses el sueño va a ocupar la mayor parte del tiempo y que, por lo tanto, la manera como lo dejemos en la cuna va a tener más importancia de la que aparenta. Nos llegan consejos de todos lados, la mayoría sin argumentar y que además se contradicen entre ellos. Ahora la decisión es tuya, aquí tienes la información.


Nuestras abuelas ponían a sus hijos en la cuna boca arriba, luego las nuevas tendencias hicieron que nuestras madres nos acostaran boca abajo, la vecina dice que los bebés tienen que dormir de lado y ahora...¿cómo acuesto yo a mi bebé?
El criterio que prevalece actualmente está dirigido a reducir el riesgo de muerte súbita que, pese a producirse sólo en un 0,2% de los bebés de entre los dos y los cuatro meses de edad, constituye la causa principal de muerte en los países occidentales durante el primer año de vida. La Sociedad Europea para la Prevención de la Muerte Súbita Infantil recomienda que duerman boca arriba durante los primeros seis meses de vida.
Cuando se aconsejaba acostar a los pequeños boca abajo se pretendía evitar que pudieran ahogarse en caso de que devolvieran un poco de leche y la aspiraran. No obstante, ahora sabemos que este riesgo no está demostrado, que las estadísticas no lo corroboran, y que los recién nacidos están bien protegidos por el mismo reflejo que les permite "bucear" desde el primer día sin tragar agua.
Por la noche, es recomendable que el bebé duerma en su propia cama, un espacio pequeño que le haga sentir protegido, y sobre una superficie firme. Dormir en la misma cama que los papás, pese a que tiene sus aspectos positivos, se desaconseja para la seguridad del bebé.
Respecto al ambiente de la habitación, se debe evitar temperaturas demasiado altas (unos 20-23ºC son la temperatura ideal) y por supuesto, evitar también el humo del tabaco. Tampoco le debemos abrigar en exceso, el sobrecalentamiento propicia un sueño profundo que reduce la capacidad de reaccionar ante la falta de oxígeno. El mismo motivo es el que hace desaconsejable ponerlos a dormir boca abajo: el sueño se hace más profundo y disminuye la capacidad de respuesta, (se ha observado que el riesgo de muerte súbita se reduce hasta al 50% si se compara los que duermen boca abajo con los que duermen boca arriba). No obstante podemos tener al bebé algunos ratos boca abajo, cuando esté despierto o cuando le estemos viendo, para favorecer su desarrollo muscular y psicomotriz. Si se les pone a dormir de lado, la reducción del riesgo es menor que cuando se les acuesta boca arriba. Debemos asegurarnos, en caso de que sea necesario acostarlo de lado, que el brazo inferior esté hacia delante, para evitar así que, en caso de que se dé la vuelta, quede boca abajo.
Estos consejos son aplicables no solamente por la noche sino a cualquier hora del día, puesto que el recién nacido distribuye su sueño de manera bastante homogénea a lo largo de las 24 horas sin distinguir el día de la noche. Esta ritmicidad tan fragmentada -generalmente cada tres horas se alternan vigilia, sueño y necesidad de alimento- hace que surjan otras dudas: dónde acuesto a mi bebé, cuándo acuesto a mi bebé?
Lo que nosotros hagamos le será de ayuda para que poco a poco se vayan organizando sus ritmos biológicos, no solamente su sueño sino también los ritmos de alimentación, de actividad...Para ello podemos colaborar estimulándole cuando esté despierto y sea de día: sacarle de la cuna y hablarle, darle mimos...Aún si está durmiendo, durante el día evitaremos dejarlo a solas y a oscuras y lo pondremos en un ambiente con luz, con el ruido propio de la actividad diurna y la compañía de quién lo está atendiendo. Cuando anochezca aprovecharemos para ir implantando las rutinas que cuando su organismo esté preparado le permitirán un sueño nocturno adecuado y que de momento servirán para proporcionarle bienestar para un periodo prolongado: baño, cambio de ropa y de pañal, tranquilidad y oscuridad. Le daremos las buenas noches y lo pondremos a dormir (que no es lo mismo que decir que lo dormiremos!!) en su cama y, en cuanto vuestra comodidad lo permita, (preferiblemente hacia el tercer mes) en su propia habitación.


Anna Bes Oliva Licenciada en Psicología

viernes, 8 de enero de 2010

Y yo, ¿Dónde quedé?


¿Qué nos está pasando a las mujeres? ¿Cómo estamos viviendo la maternidad? ¿La estamos disfrutando o nos sentimos en una prisión?

Convencidas de que éste es un sentimiento que vale la pena tratar de entender, salimos a preguntar a los especialistas. Laura Gutman, Marisa Mosto y otros expertos nos dieron sus opiniones. Pero en el camino encontramos más. Como respuesta a esta queja femenina, descubrimos que en diferentes países del mundo se está empezando a rever el verdadero significado de la liberación de la mujer.

Para muchas pensadoras, la libertad femenina no es sólo salir al mundo laboral, sino también ser madre, disfrutar de la maternidad y nutrir emocionalmente a sus hijos. Ésa es, para algunos, la revolución que se viene, la deuda pendiente que tenemos.

“La verdadera liberación de la mujer pasa por la defensa de la maternidad”, Ivonne Kniebiehler

Muchas de las que pregonan esta tendencia son exponentes de la liberación femenina de los años sesenta y setenta. Un ejemplo es Ivonne Knibiehler, una de las figuras más representativas del feminismo francés. A sus 84 años declara a viva voz que “la verdadera liberación de la mujer pasa por la defensa de la maternidad”. Ella dice que no existe nada más milagroso que el encuentro con ese pequeño ser que, desde las primeras horas de su vida, expresa cuán humano es: “En eso disentímucho tiempo con Simone de Beauvoir, quien, en El segundo sexo, define a la maternidad como un obstáculo para la vocación humana de trascendencia. Yo soy una hembra mamífera, pero no soy un animal. Mi relación con mis hijos está hecha también de inteligencia, lo que destaca la importancia de la relación madre e hijo”.

Más allá de estas contiendas, lo cierto y productivo de todo este debate es que se anuncian nuevos tiempos en materia de identidad femenina. La periodista norteamericana Katherine Ellison, autora del libro Inteligencia maternal, se basó en estudios científicos para afirmar que “tener un hijo nos mejora el cerebro”. Contó que nunca se sintió tan incomprendida y desvalorizada como cuando dejó su trabajo en una empresa para criar unos años a su hijo: “El entorno asegura que desperdicias tu talento. Menos mal que tenemos a los antropólogos, a los neurocientíficos y al puro sentido común para demostrar que la crianza con apego es imprescindible para las crías humanas y que, además, cambia nuestro cerebro haciéndonos más competentes en el oficio de vivir, incluyendo las habilidades profesionales”.

La psicoterapeuta Laura Gutman, quien escribió La revolución de las madres, dice que hoy muchas mujeres tienen sentimientos encontrados. Por un lado, sienten con gran culpa que sus hijos vienen a robarles su libertad y, por el otro, quieren a los chicos con locura. “Nutrir emocionalmente a nuestros hijos significa despojarnos de las propias necesidades y deseos”, explica. Según ella, “estamos asistiendo a la realidad colectiva en la que casi nadie nutre a nadie; por lo tanto, no hay alimento disponible. Hoy abunda el hambre emocional. En las relaciones afectivas estamos midiendo qué es lo que obtendremos, pero casi nunca ponemos atención en qué es lo que ofrecemos”.

“Soy una máquina de dar”, Pilar Maquena, 36 años

Cuando tuve a mis hijos, empecé a tener la terrible sensación de que no había más lugar para mí. Hay un momento de la vida en el que todos te piden cada vez más y se supone que todo lo tenés que arreglar, desde ir al supermercado o a comprar el sacapuntas que se perdió, hasta buscar a los chicos en el colegio, arreglar el cuarto porque todo está tirado, enseñarles a contestar bien, ponerles límites o coser el botón de la camisa que se cayó. Tenés que explicarle tu marido que, aunque él no lo entienda, estás todo el día de acá para allá haciendo cosas y nunca te podés sentar. Sos como una máquina que siempre está dando: ponés el cuerpo, usás tu mente y les das a tus hijos alimento físico, emocional y espiritual. Por momentos te volvés loca, odiás al mundo, a tu marido, a tus hijos, querés salir corriendo, no encontrás un segundo para vos...

Una salida sola a tomar un café para tener un respiro te parece el máximo símbolo de libertad. Pero después te das cuenta de que es un tiempo, que los chicos se ponen más grande y que las cosas pasan. Poco a poco vas aprendiendo a hacerte tiempos para vos, aunque sea un ratito. Hoy por hoy no concibo la vida sin dar, por más que proteste muchas veces, porque es parte de mi ser mujer, dar, amar, cuidar, ayudar y cobijar.


Articulo extraído de Revista Sophia

jueves, 7 de enero de 2010

TENER Y QUERER

Por Nuria Otero Tomera

Tenemos:
Niños agresivos porque han sido agredidos.
Niños beligerantes que han sido criados en una guerra de poder.
Niños desconectados que han sido criados sin contacto.
Niños inestables porque nadie les ha dado seguridad.
Niños pasivos criados delante de la televisión.
Niños limitados a los que se les han impuesto límites.
Niños sin imaginación porque nadie les ha regalado unas alas.
Niños miedosos a los que alguien les apagó la luz.
Niños que fracasan porque nadie les dice que pueden triunfar.
Niños mudos porque nadie ha escuchado lo que tenían que decir.
Niños sordos porque nadie les ha hablado en su idioma.

Queremos:
Niños criados sin agresiones, a los que no se trate como enemigos.
Niños besados y acariciados a los que amemos independientemente de qué y cómo sientan.
Niños que vayan al parque, a la playa, al bosque… y a los que dejemos volar sin rumbo preestablecido ni límite de altitud.
Niños piratas, príncipes, sapos, niños buenos y malos o ninguna de las dos cosas… niños que sean lo que quieran ser.
Niños que hablen muy bajito o muy alto, dependiendo de lo que quieran decir… y padres que escuchen.

miércoles, 6 de enero de 2010

Cuidados del Bebé


Cómo bañar a su bebé
Puedes bañar a tu bebé cada 2 o 3 días. Usa un jabón y champú suaves para bebés.

Baño de esponja
Hasta que el ambliguito del bebe se cicatrice, puede darle un baño de esponja al bebé.

  • Acuestalo al bebé en una toalla suave y acojinada.
  • Moja una bolita de algodón solamente en agua y límpiele suavemente los ojos.
  • Con una toallita mojada (sin jabón), lávale la cara. Luego lávale el cuerpo con agua y jabón. Lava el área del pañal al final.
  • Enjuagua solamente con agua y seca al bebé suavemente sin frotar.

Baño en tina
Una vez que se cicatrice el ombligo, baña al bebé en una tina pequeña de plástico o en el lavabo con poquita agua. Coloca una toalla para que la superficie de la tina no sea tan resbaladiza.

¡Jamás dejes al bebé solo en la tina ni siquiera por unos segundos!

  1. Lávale suavemente la cara solamente con agua. Lávale el cuerpo con agua y jabón. Lava el área del pañal al final.
  2. Lava el cabello del bebé con champú para bebés. Tené cuidado que el champú no le entre en los ojos.
  3. Enjuágualo con agua limpia.
  4. Envuelve al bebé en una toalla y sécalo suavemente sin frotar.