Qué manera tan agradable de pasarla que haciendo ejercicios junto con tu bebé. Con ello lograrás que tu pequeño desarrolle coordinadamente sus movimientos a partir del primer año de vida.
Aparte de los beneficios en la capacidad psicomotriz de tu bebé, estos ejercicios le causarán placer y alegría por el contacto mutuo que mantendrá contigo en divertidas sesiones amenizadas con música y sonrisas.¿Cuánto deben durar?La primera sesión de ejercicios debe durar breves minutos, con repeticiones de cada movimiento dos o tres veces al día. En los días siguientes, las repeticiones aumentarán a diez veces. No te excedas más allá de los 15 minutos
Ejercicios de 3 a 5 meses-Estira sus brazos, extiéndelos horizontalmente y crúzalos sobre el pecho. Repite el ejercicio tres veces, cruzando y extendiendo sus brazos rítmicamente.
-Pon al niño de espaldas. Flexiona una pierna contra la barriga haciendo una ligera presión, mientras que la otra pierna quede extendida.
-Colócalo de espaldas con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y los hombros ligeramente bajos. Anímalo para que levante la cabeza por sí mismo.
-Pon al niño de espaldas. Flexiona una pierna contra la barriga haciendo una ligera presión, mientras que la otra pierna quede extendida.
-Colócalo de espaldas con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y los hombros ligeramente bajos. Anímalo para que levante la cabeza por sí mismo.
De 6 a 8 meses-Pon al niño de espaldas. Coge sus dos manos a la vez estirando los brazos hacia arriba y vuelve a colocarlos a lo largo de su cuerpo. Alterna varias veces.
-Colócalo espaldas. Tómalo de una pierna y levántala, con la otra mano estira cada dedo de los pies suavemente con mucho cuidado.
-Ponlo boca abajo. Realiza movimientos como si fuera a nadar. Coge sus manos y extiende muy suavemente sus brazos hacia arriba y luego traerlos hacia delante.
-Colócalo espaldas. Tómalo de una pierna y levántala, con la otra mano estira cada dedo de los pies suavemente con mucho cuidado.
-Ponlo boca abajo. Realiza movimientos como si fuera a nadar. Coge sus manos y extiende muy suavemente sus brazos hacia arriba y luego traerlos hacia delante.
De 8 a 10 meses-Pon al niño boca abajo. Estira con cuidado sus piernas. Repite este ejercicio. Las manos de la persona que ayuda deben ser colocadas en la planta de los pies del niño, para estimularlo a flexionar las piernas y elevar sus nalgas, esperando que el pequeño empuje por sí mismo las manos de la persona que ayuda a hacer el ejercicio.
-Boca abajo, apoya sus piernas en la persona que te ayuda a hacer el ejercicio, elevar los brazos del niño hacia atrás y a los lados del cuerpo. En esta posición el niño debe de levantar la cabeza por sí mismo.
-Boca abajo, apoya sus piernas en la persona que te ayuda a hacer el ejercicio, elevar los brazos del niño hacia atrás y a los lados del cuerpo. En esta posición el niño debe de levantar la cabeza por sí mismo.
Eso sí, abstente si tu pequeño sufre de frecuentes fiebres, diarreas u otros males. La práctica regular generará entre tú y tu bebé una relación de cooperación llena de confianza, naturalidad, alegría y amor.
Recomendaciones• La gimnasia debe practicarse en colchonetas o en la mesa para cambiar pañales.
• En el verano puedes dejarlo sin medias, con un pañal suave y el torso desnudo. En el invierno usa ropa cómoda pero sin zapatos.
• Escoge música relajada o ambiental.
• Los ejercicios deben realizarse en forma interdiaria.• Menciona frases como reforzadores positivos: bravo lo lograste; lo intentamos de nuevo; qué bien que lo has hecho; así, así movemos tu cabecita, etc.
• En el verano puedes dejarlo sin medias, con un pañal suave y el torso desnudo. En el invierno usa ropa cómoda pero sin zapatos.
• Escoge música relajada o ambiental.
• Los ejercicios deben realizarse en forma interdiaria.• Menciona frases como reforzadores positivos: bravo lo lograste; lo intentamos de nuevo; qué bien que lo has hecho; así, así movemos tu cabecita, etc.
Durante el embarazo, el pecho empieza incrementar su tamaño según se engruesa la capa de grasa y aumenta el tamaño de las glándulas lácteas y el flujo de sangre, preparándose así para alimentar al futuro bebé.
Los riesgos de las madres de edad se dividen en dos: los derivados de las alteraciones que puedan surgir en el bebé (partos prematuros, síndrome de Down y otras anormalidades cromosómicas) y riesgos de la mamá (mayor incidencia de diabetes, enfermedades circulatorias y cardiovasculares).
