lunes, 18 de junio de 2012

Parto en casa, Nacimiento de Olivia

 Todos los nacimientos son luz.
Este nacimiento ha sido muy conmovedor, por las extensas horas de trabajo de parto de Inés; pero por sobre todo por el cariño y el amor con que fué atravesando cada contracción, la mirada de David y su templanza.
El acompañamiento respetuoso y la contención de Silvina y Karina, bellas mujeres.
Inés y su vigor, su fortaleza, un cántaro de vida.
Tengo presente una imagen de éste día: los recuerdo bajo el agua, empapados, sus tibios cuerpos en un abrazo eterno, en dulces besos, sensuales; transitando el dolor con una fuerza de otro mundo.
Olivia dará cuenta de éste maravilloso día, comienza su travesía de la mejor manera, bienvenida!!



Fuente: http://www.nataliaroca.com/

sábado, 9 de junio de 2012

Doulas: el respetuoso arte del acompañamiento


Estamos en la sociedad del aquí y ahora, la sociedad de las prisas, de la agresividad, de la falta de respeto, de la exigencia, del hedonismo, del consumismo y un largo etc.
Además, si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que con el discurrir de los años, se notan más estos rasgos negativos en las comunidades donde residimos. Los seres humanos, en paralelo al progreso técnico de nuestra sociedad, estamos cada vez más solos y aislados, lo que resulta paradójico pues la población mundial no para de crecer. Cada vez somos más, y sin embargo, no conocemos a los vecinos, las familias son mucho más reducidas o están lejos, y en muchas ocasiones, existe un palpable distanciamiento emocional entre las personas.
No deja de ser chocante que  el deterioro de nuestra sociedad marche paralelo al deterioro de nuestro planeta.
Aunque, en realidad, este hecho no tiene nada de fortuito. Como bien dice el insigne cirujano y obstetra francés Michel Odent: “Para cambiar el mundo es preciso cambiar la forma de nacer”.
El parto y el nacimiento han pasado de ser sublimes acontecimientos de la naturaleza mamífera femenina a actos medicalizados, solitarios, dirigidos e institucionalizados en exceso.  Parimos en ambientes estresantes, donde nos infantilizan, pasamos hambre, nos ordenan, nos controlan, nos ningunean, nos violentan, y lo que aún es peor, nacemos ansiosos y con miedo en ambientes ruidosos, hostiles, fríos, violentos. En resumidas cuentas, parimos rodeados de dolor, desasosiego, estrés y violencia y nacemos rodeados de dolor, angustia, estrés y violencia.
Nada más nacer, nos separan de nuestra madre, nada más parir nos separan de nuestro bebé. No debe extrañarnos, pues, que la violencia, el egoísmo, el desapego y la indiferencia se hayan instalado alrededor nuestra en todas partes.
La humanidad está, pues, ante un desafío muy complejo. Debemos restablecer los ritmos de antaño, debemos volver a sacralizar el acto del nacimiento y del parto, debemos devolverle a las mujeres la decisión sobre su cuerpo y la vida de sus hijos, debemos recuperar el respeto por lo femenino, por sus ciclos, por sus tiempos, por su espiritualidad. Menarquia, embarazo, parto, lactancia, menopausia han sido dejadas de lado, apartadas e, incluso, escondidas. Tal vez sea el momento de restituirles a las mujeres su espíritu femenino.
Para lograr este difícil reto, existe un grupo de mujeres que se han aliado alrededor del mundo para recuperar su papel de sabias acompañantes, las doulas.
Las doulas existen desde que el ser humano pasó a ser bípedo, pensante y social. Hijas, madres, algunas veces abuelas, mujeres que han pasado por las experiencias de la femineidad y brindan a otras mujeres su apoyo, su conocimiento, su respeto, su protección, su espiritualidad, su amor y su infinita paciencia.
La labor de las doulas es ardua, pero muy enriquecedora. Acompañan a las mujeres en todo el proceso de transformación que significa pasar de ser hija a ser madre. Este cambio sutil, apoyado por una doula, suele resultar una experiencia enriquecedora y sublime.
Durante todos los meses del embarazo y la gestación, en ocasiones incluso antes, la doula prepara e informa a la futura madre y al futuro padre para recibir a su bebé en las mejores condiciones físicas, emocionales y espirituales posibles. Ella contribuye al bienestar de la familia y asienta las bases para que la vida uterina y la vida extrauterina del bebé, del futuro niño y del posterior adulto sean lo más sosegadas, ecuánimes y felices posibles.
A la hora del parto, la doula no se separa de la futura madre, la acompaña en su casa desde las primeras contracciones, la apoya, la sostiene, la relaja, la masajea, la consuela, la alimenta, le sirve de regazo, la ayuda a aliviar el dolor, la comprende, la alienta, e incluso, llegado el caso, le resuelve los problemas administrativos que puedan surgir si la madre ha decidido parir en un hospital.
De hecho, es tal el beneficio del sostén de las doulas en el parto que ya existen estudios científicos basados en datos médicos y antropológicos (la figura de la doula se da en casi todas las culturas) que demuestran lo ventajoso que es para las parturientas contar con una.
Después, una vez nacido el bebé, el apoyo, la experiencia y el amparo de estas sabias mujeres, le resulta indispensables a las madres para afrontar con total tranquilidad la ambivalencia del puerperio. No debemos olvidar, que el puerperio es un periodo dentro de la vida de la mujer por lo general muy ambiguo en el que se unen la felicidad por tener en brazos al tan deseado bebé, con el cansancio, la falta de sueño, la reactivación de patrones infantiles y los cambios hormonales y físicos. Una vez más, la familia se encontrará con el soporte incondicional de la doula para unir sus vínculos, superar todos los obstáculos que puedan surgir y para salir reforzada de este periodo de tanto crecimiento espiritual.
Además, estas mujeres, que ya han pasado por todas estas experiencias, le transmitirán a sus protegidas todo su conocimiento sobre Lactancia Materna, sueño del bebé, hitos evolutivos, espiritualidad materna, cuidados básicos, y crianza.
La tarea de la doula podríamos, por lo tanto, enmarcarla dentro de una línea holística dirigida tanto a lo físico, como a lo emocional y lo espiritual. En la parte física hay que resaltar que nunca realizan ningún control médico, esas son tareas de matronas y obstetras muy alejadas de su cometido.
En parte, gracias a la generosa labor de las doulas, estamos asistiendo paulatinamente al resurgir del respeto hacia la femineidad y sus ciclos. Estas profesionales, con gran experiencia y preparación a sus espaldas, han rescatado del olvido lo que significa el arte del acompañamiento. Ya no tenemos que enfrentarnos aisladas a las dudas del embarazo, ya no tenemos que parir solas, ya no pasaremos afligidas, asustadas o ansiosas los primeros días del bebé en casa, ya no criaremos a nuestros niños sin apoyo. Las doulas nos acompañan y nos guían hacia la recuperación del instinto femenino, el cual, nunca debimos abandonar por el camino del progreso.
Gracias a todas estas mujeres que se dan y regalan todo su tiempo para contribuir al bien de las familias y, por ende, de la humanidad. Su labor jamás estará suficientemente pagado ni recompensada.
Para más información: www.doulas.es
Fuente: 
Elena Mayorga

viernes, 8 de junio de 2012

BRONQUIOLITIS...

La bronquiolitis es una enfermedad común del tracto respiratorio, provocada por una infección que afecta las diminutas vías respiratorias, denominadas “bronquiolos”, que llevan a los pulmones. A medida que estas vías respiratorias se inflaman, se hinchan y se llenan de mucosidad, por lo que resulta difícil respirar.

Bronquiolitis:
afecta con mayor frecuencia a bebés y niños pequeños, porque sus pequeñas vías respiratorias se bloquean con mayor facilidad que las de los niños de más edad o los adultos
suele darse en los dos primeros años de vida, con una mayor incidencia entre los 3 y los 6 meses
es más común en niños varones, en aquellos que no fueron amamantados y en los que viven hacinados
La asistencia a guarderías y la exposición al humo del cigarrillo también pueden aumentar las probabilidades de que un bebé contraiga bronquiolitis.

Si bien, a menudo, se trata de una enfermedad leve, algunos bebés están en riesgo de sufrir una afección más grave que requiere hospitalización. Las condiciones que aumentan el riesgo de una infección severa incluyen el nacimiento prematuro, una enfermedad pulmonar o cardíaca crónica previa y un sistema inmunológico debilitado por enfermedades o medicamentos.

Los niños que han padecido bronquiolitis tienen más probabilidades de desarrollar asma en una etapa posterior de la vida, pero aún no resulta claro si la bronquiolitis provoca o dispara el asma, o si los niños que finalmente padecen asma sólo eran más propensos a desarrollar bronquiolitis siendo bebés. Se están realizando estudios para aclarar la relación entre la bronquiolitis y el desarrollo posterior del asma.

La bronquiolitis suele ser provocada por una infección viral, por lo general el virus sincicial respiratorio (VSR). Las infecciones causadas por este virus son responsables de más de la mitad de todos los casos de bronquiolitis y ocurren sobre todo en el invierno y principios de la primavera. Otros virus asociados con la bronquiolitis incluyen el rinovirus, el virus de la influenza y el metapneumovirus.

Señales y síntomas
Los primeros síntomas de la bronquiolitis suelen ser iguales a los de un resfriado común:

Congestión
Moqueo de nariz
Tos leve
Fiebre leve
Estos síntomas, que duran uno o dos días, son seguidos de un agravamiento de la tos y la aparición de un sonido sibilante (silbidos agudos al exhalar).

En algunos casos, se desarrollan poco a poco dificultades respiratorias más severas, marcadas por lo siguiente:

Respiración poco profunda, rápida
Frecuencia cardíaca acelerada
Hundimiento del cuello y el tórax con cada respiración, conocido como “retracciones”
Ensanchamiento de las fosas nasales
Irritabilidad, con dificultad para dormir y señales de fatiga
El niño también puede mostrar falta de apetito y quizá vomite después de toser. Con menor frecuencia, los bebés pequeños, en especial los prematuros, pueden presentar episodios en los que dejan de respirar por poco tiempo (lo que se denomina “apnea”) antes de desarrollar otros síntomas.

En los casos graves, los síntomas pueden empeorar con rapidez. Un niño con bronquiolitis grave puede cansarse por el trabajo de respirar y tener poca entrada y salida de aire en los pulmones debido al taponamiento de las pequeñas vías respiratorias. La piel puede tornarse azulada (lo que se conoce como “cianosis”), lo cual es muy notorio en los labios y las uñas. El niño también puede quedar deshidratado por el esfuerzo que realiza para respirar, por los vómitos y porque come menos.

Contagio
Las infecciones que pueden provocar bronquiolitis son contagiosas. Los gérmenes pueden diseminarse en pequeñas gotas de fluido de la nariz y la boca de una persona infectada. Éstas pueden ser trasladadas por el aire cuando la persona estornuda, tose o se ríe, y también pueden quedar sobre los objetos que la persona ha tocado, como pañuelos usados o juguetes.

Los bebés que concurren a guarderías tienen un mayor riesgo de contraer una infección que puede derivar en bronquiolitis, porque están en contacto con muchos otros niños.

Prevención
La mejor manera de evitar la diseminación de los virus que pueden provocar la bronquiolitis es lavarse las manos con frecuencia. También puede ser útil mantener a los bebés alejados de aquellos que están resfriados o tienen tos. Los bebés que están expuestos al humo del cigarrillo tienen más probabilidades de contraer una bronquiolitis más severa, en comparación con los bebés de hogares en los que no se fuma. Por lo tanto, es importante evitar exponer a los niños al humo del cigarrillo.

Si bien aún no se ha desarrollado una vacuna contra la bronquiolitis, existe un medicamento que se puede administrar para reducir la gravedad de la enfermedad. Se trata de anticuerpos contra el VSR que se inyectan todos los meses durante la estación en la que se produce el mayor número de casos de infección con el VSR. El medicamento sólo es recomendado para bebés con un alto riesgo de contraer la enfermedad severa, como es el caso de los muy prematuros o aquellos que padecen una enfermedad pulmonar crónica.

Incubación
El período de incubación (el tiempo que transcurre desde la infección hasta la aparición de los síntomas) comprende entre varios días y una semana, de acuerdo con la infección que lleva a la bronquiolitis.

Duración
Los casos de bronquiolitis suelen durar alrededor de 12 días, pero los niños que presentan casos más graves pueden continuar con tos durante semanas. Por lo general, la enfermedad llega a su punto crítico en el segundo o tercer día después de que el niño comienza a toser y a presentar dificultades para respirar, y después desaparece en forma gradual.

Tratamiento profesional
Por suerte, la mayoría de los casos de bronquiolitis son leves y no requieren tratamiento profesional específico. Los antibióticos no son útiles para tratar la bronquiolitis, porque ésta es causada por una infección viral y los antibióticos sólo son efectivos en las infecciones bacterianas. En algunos casos, se administran medicamentos para ayudar a abrir las vías respiratorias del niño.

Los bebés que tienen problemas para respirar, están deshidratados o parecen fatigados siempre deben ser evaluados por un médico. Los bebés moderada o gravemente enfermos pueden requerir hospitalización para ser controlados de cerca y recibir líquidos y oxígeno húmedo. Rara vez, en los casos muy graves, se coloca a los bebés en respiradores para ayudarlos a respirar hasta que comienzan a mejorar.

Tratamiento en el hogar
El mejor tratamiento para la mayoría de los niños es darles tiempo para recuperarse y muchos líquidos. Sin embargo, quizá resulte complicado asegurarse de que un niño reciba suficiente líquido, porque los bebés con bronquiolitis pueden no tener ganas de beber. Por lo tanto, se deben ofrecer líquidos al niño en pequeñas cantidades con mayor frecuencia que la habitual.

El aire de los interiores, en especial durante el invierno, puede secar las vías respiratorias y hacer que la mucosidad se vuelva más pegajosa. Algunos padres utilizan un humidificador de agua fría en la habitación del niño para ayudar a que la mucosidad de las vías respiratorias se afloje, y aliviar la tos y la congestión. Si utiliza un humidificador de agua fría, límpielo a diario con lejía (blanqueador o cloro de uso hogareño) para evitar la formación de moho. Evite los humidificadores de vapor o agua caliente, que pueden ser peligrosos y provocar escaldaduras.

El uso de una perita y gotas nasales de solución salina pueden ayudar a despejar la congestión nasal. Esto puede ser muy útil antes de alimentarlo y de dormir. En ocasiones, colocar al niño con la espalda apenas levantada del colchón puede ayudar a reducir el esfuerzo por respirar. Dele acetaminofeno a su hijo para bajarle la fiebre y hacer que esté más cómodo.

Cuándo llamar al doctor
Debe llamar al doctor si su hijo presenta los siguientes síntomas:

Respira rápido, en especial si esto va acompañado de retracciones o de silbidos
Puede estar deshidratado por la falta de apetito o los vómitos
Está más soñoliento que lo habitual
Tiene mucha fiebre
Tiene una tos que empeora
Parece fatigado o sin energía
Debe buscar ayuda de inmediato si ve que su hijo tiene dificultad para respirar y la tos, las retracciones o el silbido empeoran, o si sus labios o uñas están azulados.

EL CEREBRO DEL BEBÉ Y EL AMOR....

Los bebés con su fragilidad, nos enamoran en cuanto los vemos. Su cara redondita, su nariz pequeña, sus ojos sorprendidos y curiosos, su cuerpo gordito y su olor, hacen que los adultos se sientan protectores con ellos.

-El cerebro del bebé es muy inmaduro, es básicamente un enorme conjunto de neuronas, a la espera de formar la intrincada estructura cerebral que de adulto le permitirá leer, razonar y sentir emociones. Solamente unas pocas neuronas tienen una función específica porque su funcionamiento ha sido activado por los genes. 

-Existen billones de neuronas que no han sido activadas y que depende de nosotros el que se activen, y lo más importante que establezcan conexiones entre ellas, porque una neurona aislada, realiza una misión, pero millones de neuronas interconectadas son capaces de realizar las más complejas tareas.

El cerebro en los 2 o 3 primeros años crecerá a una velocidad que ya nunca más lo volverá a hacer.

- En los primeros años, las posibilidades de establecer conexiones neuronales son ilimitadas. A los 5 años, serán menores que a los 3, pero mayores que a los 7 y así sucesivamente.

-El cariño y la atención que le demos al niño, serán los pilares para que esa estructura cerebral vaya grabando a fuego una impronta que le acompañará de por vida. Si no se producen las circunstancias adecuadas, las neuronas no se conectarán, y muchas morirán.

- Del buen trato que le demos, y del cariño con el que le estimulemos dependerá su inteligencia y su capacidad entre otras muchas cosas.

-En los 2 primeros años del bebé, el sistema que se ocupa de regular el equilibrio emocional de su cerebro, sufrirá un ajuste, un equilibrio que marcará el pero emocional.

-En el inicio de nuestra vida, se afina nuestro cerebro para que la convivencia social sea armónica. Es muy importante que el bebé se sienta querido y protegido, porque es en ese momento cuando escogerá la vara de medir sus emociones.

-El cariño de los padres, la protección, el amor, la ternura, las risas, todo esto afectará a la amígdala que está despertándose.

-Los padres que hablan con sus bebés y que les leen cuentos, consiguen que tengan más conexiones en el área del lenguaje.

-Los padres que les abrazan y les consuelan cuando están llorando, conseguirán que tengan más y mejores conexiones en las áreas que gestionan las emociones, y les ayudarán a llevarse bien con sus amigos y compañeros cuando crezca.

-Está demostrado que el bebé protegido, dependiente y sin estrés, dará paso a un adulto perfectamente independiente, aunque algunas personas opinen lo contrario.

-Los bebés necesitan sobre todo cariño y atención, si los padres trabajan, deben confiársela a una persona que le cuide, que sea cariñosa y atenta. Hay que asegurarse de que le quiere, le mima, le abraza, le mece, y nunca le va a gritar ni a tratarle mal, tiene que ser una segunda madre, porque todo esto va a influir en su vida de adulto.

- El bebé necesita jugar, reírse, cuando le hablamos, le estamos enseñando a comunicarse, a sentir emociones, y nosotros también aprendemos a quererle y a escucharle.

-Aprenderá a sonreír si le sonreímos.

-Aprenderá a querer si se siente querido.

-Aprenderá a acariciar si le acariciamos.

-Aprenderá relacionándose con amiguitos de su edad a comunicarse.

A solucionar pequeños conflictos, y a dar y a recibir afecto y ternura.

-Una cosa muy grave para los bebés es el estrés, y cuando lo tienen no pueden gestionarlo como hacemos los adultos que llamamos a un amigo, damos un paseo, nos damos un baño….por eso hay que evitar que se produzcan situaciones que sean estresantes para el bebé como estar lejos de su cuidadora porque le va en ello su supervivencia. Los gritos, les asustan mucho y les producen estrés.

-Nunca existe ningún motivo para gritar o maltratar a un bebé, los adultos no deben descargar sus frustraciones en ellos.

-Cuanto más comprensivos seamos y más les ayudemos a gestionar sus problemas, mucho mejor aprenderán ellos a autogestionarse.

-Todos debemos evitar que hagan daño a los bebés, en forma de agresión física o verbal, en forma de abandono, o de ignorarles, porque de esa manera dañarán su autoestima y ya nunca serán adultos equilibrados emocionalmente ni felices.


Fuente: Eduard Punset