lunes, 19 de diciembre de 2011

Los masajes favorecen el desarrollo de bebés prematuros

Los Peligros de Inducir el Parto

En ocasiones es necesario inducir el parto para prestar asistencia médica al bebé, sobre todo en caso de patologías del corazón o pulmón o malformaciones, aunque se debe inducir el parto sólo en caso de que sea necesario, ya que en el parto inducido innecesario puede traer riesgos no pensados, de hecho las mujeres que realizan esta práctica tienen cinco veces más posibilidades de necesitar más medicamentos e histerectomía después del parto.
Otros de los problemas de inducir el parto que pueden surgir en el bebé son problemas respiratorios o color amarillo al nacer o ictericia. Para inducir el fármaco se necesitan medicamentos en la madre. El fármaco que se suele utilizar para inducir el parto, la oxitocina, puede dar lugar a disminuir el suministro de oxígeno del bebé, lo que incide en una menor frecuencia cardíaca.  Se puede producir también desgarro en el útero u otras complicaciones como presión arteria baja o bajo nivel de sodio en la sangre.


Hay que tener en cuenta además que un parto inducido es un parto que no estaba preparado para ser, es decir, que el bebé no estaba preparado para salir ni el cuerpo para que saliera el bebé, lo que puede dar en consecuencias importantes pero no graves. En ocasiones, hasta es necesario recurrir a una cesárea ya que no se logra inducir correctamente el parto.
El consejo es que si se puede evitar inducir el parto porque no es realmente necesario se espere a un embarazo normal, aunque si las complicaciones de no inducirlo pueden dañar al bebé es necesario que se haga.

Fuente: http://sacaleches.net/los-peligros-de-inducir-el-parto/

“Lo mejor para un parto es que no haya nadie junto a la mujer”



Michel Odent, el ya mítico promotor del parto acuático y el “parto humanizado”, explica a Página/12 la evolución de sus teorías: la industrialización del nacimiento, la presencia del padre en el alumbramiento y la necesidad de volver a lo simple.


Hace más de 40 años, un cirujano de emergencias empezó a pensar la posibilidad de que las mujeres pudieran superar esos momentos difíciles del parto sin recurrir a los calmantes. Compró una pileta de lona y la instaló en la maternidad de Pithiviers, la ciudad de Francia en la que ejercía. Así creó el parto acuático, una manera de nacer que fue propagándose en el mundo, junto con otras opciones del “parto humanizado”, que tratan de escapar a las rutinas médicas innecesarias para recuperar modos de nacer menos invasivos tanto para la madre como para el bebé. Aquel cirujano, Michel Odent, fue invitado por la Fundación Creavida al seminario “Hacia una nueva conciencia del parto y del nacimiento humano” que se desarrolló en Buenos Aires. “La imagen ideal para un parto fácil es que la madre esté sola, con la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple”, plantea.

–Hace 40 años empezó con los partos en el agua, ¿cómo llegó a ese descubrimiento?
–El origen fue el objetivo de evitar la utilización de medicamentos cuando la primera parte del parto se hace difícil, cuando se llega a un estadio en el que la mujer pide “por favor denme un medicamento”. Cuando una mujer segrega adrenalina, no puede segregar oxitocina, que es la hormona fundamental para las contracciones. Entonces, para ayudar a reducir la adrenalina se pueden hacer muchas cosas: primero, asegurarse de que nadie en el entorno esté segregando adrenalina porque es contagioso.
–La adrenalina está relacionada con el miedo.
–Sí, por supuesto. Entonces, hay que asegurarse de que el cuerpo esté cálido porque cuando tenemos frío segregamos adrenalina. Y a partir de esta pregunta pensamos que la inmersión en el agua podría ser una manera de reducir la tasa de adrenalina. Cuando uno entra en agua a temperatura corporal, uno está en estado de completa relajación, es decir que la segregación de oxitocina está facilitada. A partir de esta consideración, un día me fui a la calle comercial de la ciudad y compré una pileta de jardín, encontramos un espacio en la maternidad para ponerla y así empezó la historia.
–¿Por qué cree que es tan lento el avance hacia partos más artesanales?
–La razón principal es que durante millares de años el parto fue controlado por el medio cultural. Todas las sociedades humanas que conocemos han perturbado el parto de diferentes maneras. A veces con medios muy sutiles, con creencias, con rituales. Por ejemplo, hay una fase del parto que ha sido perturbada por todas las sociedades humanas, es la tercera fase: la que se sitúa entre el nacimiento del bebé y el alumbramiento de la placenta. Según nuestra comprensión actual de los procesos fisiológicos, es una fase muy importante para el desarrollo de la capacidad de amar. Le voy a dar un ejemplo de creencia que fue observada en los cinco continentes, la creencia por la cual el calostro es malo: el calostro es lo que el bebé puede encontrar en el seno inmediatamente después de nacer y, según la ciencia moderna, es una sustancia de mucho valor. Casi todas las sociedades humanas pensaron que era malo. Esto implica que apenas el bebé nace no tiene que estar en los brazos de su mamá, para eso se usa otro ritual muy arraigado: apurarse para cortar el cordón. Podríamos mencionar centenas de creencias y rituales que lo único que hacen es perturbar el proceso fisiológico. Por eso es tan difícil actualmente redescubrir las necesidades básicas de la mujer que está por parir.
–¿O sea que no sólo la intervención médica nos ha llevado a partos “industrializados”?
–No, esto es muy anterior a la medicina. Simplemente la medicina ofrece medios más poderosos de intervención.
–Los partos humanizados parecen circunscribirse a una elite. ¿Cómo cambiar el sistema para todas?
–Esa es la pregunta de todas las tomas de conciencia, porque originariamente la incomprensión de los procesos fisiológicos y la falta de toma de conciencia implican a todo el mundo. Esto no sólo implica a la mujer que tiene el bebé, no solamente a los profesionales.
–Usted plantea que si hubiera más partos artesanales la sociedad sería menos violenta, ¿qué le dicen los colegas que no practican este tipo de partos?
–No se trata de hablar de tipo de parto, se trata de redescubrir las necesidades básicas de la mujer que va a parir, por eso nunca hablo de parto natural. Tampoco se trata de hacer un postulado diciendo que un parto perturbado puede convertir a la sociedad en algo diferente. Todas las sociedades humanas han perturbado el proceso fisiológico. Cuanto más necesidad tiene una sociedad de desarrollar su potencial de agresividad, más invasivos son los rituales y las creencias que perturban el proceso fisiológico. Podemos tomar ejemplos extremos, el caso de Esparta, en Grecia, eran guerreros y cuando un varón llegaba al mundo lo primero que se hacía era tirarlo al piso, si sobrevivía quería decir que se iba a convertir en un buen guerrero. Y conocemos algunos grupos de pigmeos que aparentemente no perturbaban el proceso fisiológico, pero no había necesidad de desarrollar el potencial de agresividad. Vivía en armonía con el entorno, lejos de todo grupo humano.
–No le parece fundamental que los hombres participen de los partos, ¿cómo es eso?
–Para esto hay que recordar las necesidades de la mujer que va a parir. Tiene necesidad de sentirse segura, sin sentirse observada, necesita mantener un nivel muy bajo de adrenalina y es fácil comprender que cuando un hombre ama a una mujer es normal que esté intranquilo y segregue adrenalina. Esto quiere decir que hay una gran diferencia entre la compañía de un hombre que no puede tener la experiencia personal de lo que está pasando, comparado con la presencia de una madre, que tuvo varios hijos y sabe lo que está pasando.
–¿Cómo fue cambiando esta tendencia?
–Conocí cuatro fases en relación con la presencia del padre en el parto. La primera va de 1953 al ’60, en ese momento yo sólo conocía el parto en el hospital, nadie había ni siquiera imaginado que el padre pudiera asistir. Segunda fase, del ’60 al ’85, conocí también el parto en el hospital pero la doctrina de la participación del padre estaba bien establecida. Tercera fase, parto en casa, con casi siempre la participación del padre, de 1985 a 1995. En ese momento, cuando me llamaban por un nacimiento en una casa, iba solo y si bien intentaba ser discreto, la doctrina estaba bien establecida, el padre participaba activamente. Y luego conocí una cuarta fase, desde 1995, cuando voy a un nacimiento en una casa voy con una doula (cuidadora de madres con bebés recién nacidos), siempre la misma, que tiene cuatro hijos, es abuela y que tiene una enorme experiencia como doula. O sea que en esta nueva situación lo único que hago es estar en la cocina con el padre, lo trato de distraer, de charlar con él y dejo a las dos mujeres solas. Cuando hago la síntesis de lo que he aprendido en estas fases, casi me animo a emitir una conclusión que no es políticamente correcta, que la participación del papá del bebé es sin duda la causa más frecuente de partos largos y difíciles. Y si quisiera resumirlo de otro modo, diría que la mejor situación que conozco para un parto rápido y fácil es nadie alrededor de la mujer que está pariendo, a menos que sea una partera o una doula muy experimentada, silenciosa, y con perfil muy bajo. La imagen ideal es la partera sentada en una esquina tejiendo. Parece simple, pero será necesario mucho tiempo para redescubrir lo simple.

Entrevista hecha Por Sonia Santoro a Michel Odent
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-75091-2006-10-25.html

Bebés Boca Abajo tienen Mayor Desarrollo Motor

Los bebés que durante el primer año de su vida pasan la mayor parte de su tiempo boca abajo cuando están vigilados y despiertos logran un mejor desarrollo motor que el resto de bebés. Esto mismo ha revelado un estudio de un profesor de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
José Luis Pérez en su estudio ha llegado a la conclusión de que los bebés que pasan en el primer año, siempre despiertos y vigilados (ya que en caso contrario existen riesgos como muerte súbita) tienen un mejor desarrollo motor que el resto de bebés. Por supuesto, esto no contradice el hecho de que los bebés tienen que dormir boca arriba.
Por eso mismo, estimular a los bebés, estar con ellos y jugar con ellos si se encuentran boca abajo ayuda a que fortalezcan y refuercen su musculatura, además de que sostengan la cabeza. El principal problema es que los padres no suelen poner boca abajo a sus bebés el tiempo suficiente, algo que en algunos bebés ha dado lugar a retrasos psicomotores o deformaciones craneales.
Para llegar a esta conclusión, el profesor ha realizado una investigación con 132 niños nacidos en el HUMIC, Observando las anomalías en niños con fisioterapia médica. La mayoría de los padres tenían miedo al síndrome de muerte súbita y evitaban poner a sus hijos boca abajo, sin embargo es beneficioso siempre que se encuentren despiertos, con sus padres y vigilados. No hay que tener miedo a poner el bebé boca abajo siguiendo estas condiciones, ya que como vemos es beneficioso para el desarrollo motor.
Por tanto, tras conocer los resultados de este estudio recomendamos: poner a los bebés boca abajo mientras se encuentren despiertos, poner a los bebés boca arriba cuando están durmiendo.

Fuente:  http://sacaleches.net/bebes-boca-abajo-tienen-mejor-desarrollo-motor/

jueves, 15 de diciembre de 2011

Mírale las manos...

Hay días que las rabietas de la pequeña me superan y llego a dudar de todo lo leído, de todo en lo que creo. Hay días en los que me cuesta mucho hacer el ejercicio diario de paciencia que dicen los autores... cuando estás cansada, has tenido un día horrible y llegas a casa y te espera más....

Se me juntan las palabras, la impotencia y la lágrima en un solo tiempo y quisiera gritar como una loca, huir o tirarme por la ventana.

Por eso, el consejito que me dio mi buena amiga Maximoto, de mi grupo Las Ocho Grandes, y que a su vez le fue dado por Andorra -otra mamá amiga-, ha sido emocionalmente demoledor.

"cuando te sientas así, cuando veas que o te tiras a las vías del tren o te desquicias... cuando sientas que ya no puedes más, antes de gritar o de perder el control: mírale las manos.

Cuando veas lo pequeñitas que son te darás cuenta de lo pequeña que es, de lo poquito que basta para hacerle daño."

Este ejercicio de mirarle las manos, las manitas pequeñas de niña de 2 años, ha sido más radical que cualquier capítulo de los libros que leo. Me ha desarmado completamente.

Pero además, después de verle las manitas no puedo evitar abrazarla y sentir que la apretujo con todo mi corazón... y amarla hasta el infinito. Porque ella, es mi hijita... mi chiquitina.

No quiero hacerle daño jamás... 

Fuente: Papá Conejo- Mamá Piojo: http://clau707.blogspot.com/2008/12/mrale-las-manos.html

martes, 13 de diciembre de 2011

Beatriz Cosgrove fisioterapeuta especializada en reabilitacion del suelo...



Entrevista a la Fisioterapeuta Beatriz Cosgrove de españa, hablando de la Importancia de la Fisioterapia en Mujeres Embarazadas.

Si quieres consultar o empezar con las clases de Gimnasia para Embarazadas comunicate
Lic. Daniela Gualtieri
Cel. 351-155576033

lunes, 12 de diciembre de 2011

Metodo Hipopresivo.Entrevista al Dr José Nicolás Velez especialista en c...



Entrevista al Dr. José Nicolás Velez, especialista en cirugía del suelo pelvico, con quien tuve el gusto de hacer la capacitación en Método Hipopresivos, dictado por Piti Pinsach y Jorge Viera.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Como Hacer una impresión o huella de las Manos y Pies de tu Bebé


IDEAL PARA REGALAR EN ESTAS FIESTAS!!!!! =)

Una linda y fácil manera de recordar las preciosas manitos o pies de nuestro bebé es haciendo una impresión de ellos en yeso. Para ello necesitaremos algunos materiales muy fáciles de encontrar, y algo de paciencia.

Materiales:
  • Plato plástico con diámetro un poco más grande que la mano o el pie del niño.
  • Yeso/escayola o alginato para impresiones.
  • 1 recipiente plástico grande.
  • 1 jarrita para verter agua.
  • 1 espátula y/o cuchara sopera.
  • Pintura en polvo (opcional, si quieres teñir el yeso, también podrías pintarla luego).
  • Un clip (opcional, si quieres poder colgar la huella en la pared).
Child to Cherish Handprint Ornament

Procedimiento:
  • Vierte el yeso en polvo en un recipiente, aproximadamente 500g por mano.
  • Si quieres teñir el yeso, mezcla la pintura con el yeso en polvo.
  • Añade agua a la mezcla, revolviendo constantemente hasta obtener una textura rugosa, pero mezclada homogéneamente. Para saber que has obtenido la proporción adecuada: Al girar el envase, el yeso no debe caerse; si hundes un dedo en el yeso, este debe quedarse marcado al retirarlo pocos segundos después; si alisas el yeso con una cuchara o espátula, debe quedarse lisa la superficie.
  • Si quieres poder colgar la huella, dobla un clip, separando sus dos curvas de manera que queden en ángulo de 45º aproximadamente.
  • Ubica el clip cerca del borde superior del plato.
  • Llena el plato con yeso, alisando su superficie.
  • Da suaves golpes al plato sobre el mesón para que suban a la superficie las burbujas de aire que hayan quedado atrapadas en el yeso durante su mezcla o al verterlo en el plato.
  • Ubica la mano del niño cuidando centrar el dedo del medio en dirección al clip.
  • Hunde su mano hasta formar una huella, vigilando que no apriete demasiado (atravesaría el yeso hasta el plato, o podría quedar muy delgado y ser más frágil).
  • Retira su manito y límpiala.
  • Deja endurecer el yeso hasta el día siguiente. Es normal que se caliente durante su fraguado.
  • Al día siguiente, retira el círculo con la huella del plato y gíralo.
  • Si ha quedado hundido el clip, talla un poquito el yeso alrededor con la ayuda de un cuchillo, para descubrirlo a la superficie.
  • Si deseas, puedes pintar la huella o barnizarla :)
Pear Head Babyprints Ornament

Comentarios:
  • Esto puede hacerse tanto con las manos, como con los pies.
  • Puede hacerse a cualquier edad.
  • Obtendremos una huella en negativo, o impresión de las manos o pies.
  • Si queremos usar la huella como adorno de navidad, o simplemente decorarla con una cinta, podemos meter cuidadosamente, tras haber tomado la huella, un palito plástico recubierto con vaselina para que se forme un hueco donde queramos introducir una cinta. Marcar bien el hueco, retirar el palito y dejar fraguar.
  • Una huella hace un precioso regalo para una madrina o los abuelos :)
  • Si usan alginato o algún otro material de impresión dental, podrían vaciar el modelo en yeso y obtener varias copias en positivo.
  • Pueden comprar yeso para impresiones, o yeso París en una ferretería. 
  • En adultos, es una linda manera de decir "sí quiero" cuando tu pareja pide tu mano, jeje.
¿Se animan? Si llegan a hacer este proyecto, por favor compartan las fotos en nuestro muro y cuéntennos aquí en los comentarios qué tal les fue.

Fuente: http://www.amormaternal.com/

La maternidad invisible


Paola, de 38 años, se sienta en mi consulta con su hija de tres meses en brazos y de inmediato sus ojos se anclan en los míos. Ojos bordeados por la sombra negra del sueño, el cansancio y la pena. Nos miramos un rato. Se me aprieta la garganta y mis propios ojos se llenan de lágrimas. En medio del silencio, mientras nos miramos, me dice: “Gracias, ya vi que me entendiste sin necesidad de hablar”.

“Me siento sola, agotada, no doy más. No me reconozco, me siento torpe, odio mi cuerpo, vivo con hambre y sed. Tengo sueño, no doy más… voy a morir, de verdad, ¡no doy más!”. Paola llora con fuerza y habla levantando la voz.

“Me siento tan sola… ¡me aburro tanto! Jamás pensé que esto me iba a pasar, todas aman a sus hij@s, yo te juro que la amo, pero por momentos quiero que se la lleven lejos. No soporto cuando se despierta por la noche, siento justo cuando se va a despertar y me tapo los oídos para no escucharla… al final voy igual, la saco de la cuna la acuesto en mi cama y le doy pecho. Ahí las dos nos calmamos y nos dormimos. Pero después siento que estuvo mal, que quedarnos dormidas juntas le va a hacer mal y va a hacer muy dependiente de mí durante toda la vida, que debo aprender a educarla ahora… y yo ya no doy más”.

Un espacio de silencio y suavemente le digo: “Te encuentro razón, yo estaría igual que tú. De hecho, lo he estado”. Paola con su cara, sus mocos y penas, queda detenida de nuevo en mis ojos.

Conversamos cerca de una hora y media, dio pecho entre medio, mudó a su guagua y nos despedimos con un abrazo apretado. No supe más de ella. Hasta que apareció en un Grupo de Crianza.

El puerperio que se vive durante el postnatal (5.5 meses en Chile), pero que dura alrededor de dos años, es un período clave en la vida de una mujer. Es el momento de apertura hacia la fusión emocional con el cuerpo y mente de su hij@: lo que siento, lo siente. Intuyo lo que le pasa. Es un momento de la vida, explicado por la neurociencia, que entrega al cerebro de la mujer la oportunidad de producir cambios, redefinirse, encontrar una nueva identidad. Es una oportunidad para re/narrar nuestra historia, gracias a que cada hij@ nos da pataditas justo ahí, donde nos duele. Esas pataditas nos recuerdan nuestra historia infantil, nuestr@s llantos de guagua, nuestros miedos, sensaciones de abandono, balanceos infantiles. Nos recuerdan a la mamá, al papá -si es que hubo-, a la sensación de la camita de la sala cuna, al olor de la “tía” del jardín infantil y de las colchonetas donde dormíamos la siesta.

El problema es que durante el puerperio, nadie nos mira. La mujer está sola. La propia madre en el trabajo, la hermana sobre demandada, el marido llegando tarde, como la mayoría en los tiempos que corren. Esperamos con ansias ir al pediatra para salir de la “reclusión domiciliaria” que implica estar 24/7 a cargo de nuestr@ hij@. Los 25 minutos que nos dieron, no son suficientes para llenar nuestro vacío, nuestras ansias de sentirnos acompañadas, acurrucadas, sostenidas por otr@. No importan quién, sólo importa sentirnos no cuestionadas, amparadas, queridas, bien tratadas. Mientras tanto, las demás mujeres, están trabajando, ganando bonos, nosotras… ganando llantos y mocos y a eso le sumamos la culpa de sentirnos felices cada vez que nuestro hij@ se duerme.

¿Cómo se logra el acompañamiento necesario si la maternidad es invisible a los ojos de la sociedad de hoy? Sociedad que valora y premia a la “mejor mujer empresaria”, “a la más bonita y sexy”. ¿Cuándo y cómo se valora el tiempo con lo hij@s, los besos que les damos, las tareas que hacemos con ell@s, las llevadas al doctor? ¿Alguien nos premia? ¿Salimos en las revistas por eso? De hecho, temas de maternidad en las revistas femeninas de nuestro país, me lo han dicho “sorry, no vende”. Y además pagamos cinco veces más en los sistemas de salud.

El puerperio existe aunque no se vea. El problema es que sin políticas públicas de apoyo a la lactancia, crianza, m(p)aternidades. Durante el cumplimiento de la ley de postnatal, las mujeres modernas se van a ahogar en las mareas de la maternidad, porque el mensaje fue, “sé independiente”. Tendremos mujeres angustiadas, deprimidas, apanicadas, cortando lactancias, muchas veces duras y violentas. ¿Por qué? Porque se encuentran solas; y ningún ser humano merece soledad, menos cuando se es madre. La madre deviene madre en tanto es madre, por eso ella está naciendo y necesita de cuidados, compañía, cariños y seguridad. Exactamente lo mismo que necesita su hij@ para crecer sano.

Es crucial que existan grupos de mujeres o de crianza en cada comuna, casas abiertas para el encuentro entre madres en puerperio con sus hij@s en brazos. Para que puedan juntas acompañarse, validarse, abrazarse y llorar… Para que juntas podamos pensar como se piensa durante esta etapa de nuestras vidas, para poder ensayar nuestro poder materno, nuestra intuición, nuestro pensamiento que se aleja de lo concreto laboral. Para compartir datos, para ser escuchadas sin ser juzgadas, para hacer comunidad maternante, para ser, simplemente ¡más felices!

Fuente: http://www.momwo.com (Leslie Power)

La maternidad cambia el cerebro de las mujeres y las hace más inteligentes


Algunas mujeres se quejan de la falta de memoria y concentración al tener a su bebé y tiempo después del parto. Parece como si nos hubiésemos vuelto tontas al ser madres. Pero nada más lejos de la realidad.
Katherine Ellison, una periodista americana premiada con el Pulitzer, se preguntó hace ya algunos años si la maternidad nos hacía menos inteligentes, y el resultado de su investigación lo publicó en su estupendo libro El cerebro de mamá. Cómo la maternidad nos hace más inteligentes, en un inicio tituladoInteligencia Maternal. “Parece ser que el estigma de torpeza mental asociado a la maternidad es injusto y falso”, afirma la autora. De su libro trata el presente artículo.
Cerebro encogido
Algunos estudios demuestran que el cerebro de la madre se encoge literalmente durante el embarazo. Pero parece ser que este “encogimiento” ayuda a la reestructuración del mismo, pues aumentan considerablemente las conexiones neuronales en áreas como el hipocampo (centro dedicado a la memoria emocional). Todas aquellas estructuras que se dedicarán al comportamiento maternal, básicamente situadas en el sistema límbico (lo que algunos llaman cerebro medio), realizarán un cambio gigantesco: allá donde habían carreteras, ¡se construirán verdaderas autopistas!  El cerebro de la madre se prepara para asumir la responsabilidad de garantizar la supervivencia del nuevo ser.
Hace poco, un  grupo de investigadores asiáticos descubrió que las células del bebé en formación pasan al cerebro de la madre y lo regeneran. Este sorprendente descubrimiento abre un abanico de preguntas y posibilidades. En nuestro entorno, en la Universidad de Navarra, se publicaron hallazgos parecidos que daban a conocer una base biológica al vínculo materno-filial. Seguramente se necesitará más investigación para profundizar sobre estos mecanismos. Pero, de momento, si el cerebro se regenera de alguna forma, la madre no será menos inteligente.
Agudeza de sentidos
Los sentidos se agudizan con el fin de poder estar más atenta a los hijos e hijas. Por ejemplo, el sentido del olfato se hace más fino durante el embarazo y el parto, y en este momento se activan las estructuras cerebrales dedicadas al mismo. Esto parece ser debido a la hormona prolactina. Ocurre igual con la audición: las madres suelen reconocer el llanto de su bebé entre diferentes llantos. La capacidad visual también aumenta, a fin de preservar a su niño de los potenciales peligros. Aunque el sentido más importante es el del tacto. Las partes del córtex cerebral dedicadas al tacto se hallan cambiadas en la maternidad. Por ejemplo, en estudios con animales, la zona del cerebro dedicada al pecho doblaba su tamaño durante el tiempo de amamantamiento. Cuando una madre toca a un bebé y éste le toca a ella, recibe información muy sutil, pero muy poderosa, sobre cómo es su bebé, sobre qué siente y sobre cómo es su relación con él. Esto tiene un efecto a nivel cerebral.
Multitarea, mayor eficiencia
Las madres, al dar a luz, tienen que hacer frente a multitud de tareas nuevas y a la vez. Para asegurar la supervivencia del bebé, la progenitora tiene que priorizar, lo que conlleva a mayor eficiencia. Es habitual estar cocinando y hablando por teléfono, aprovechar mientras duerme el bebé para poner una lavadora, hacer las camas, la cocina y barrer. ¡Se aprovecha el tiempo al segundo! Todo esto, en una sociedad donde se exige mucho a las nuevas madres. Tener un hijo o hija pone a prueba la imaginación de los adultos: sacar recursos del fondo de la chistera, y de forma inmediata, porque no se puede dejar para otro momento más oportuno.
Las exigencias del día a día en la sociedad que estamos hace más ardua la tarea de ser padres en general. Así que las madres tienen que poner más a prueba su inteligencia.
Resistencia: reducir el estrés
A pesar de ello, hay buenas noticias. Las hormonas de la oxitocina y la prolactina, que se suelen segregar durante la crianza, especialmente durante la lactancia, ayudan a reducir el estrés. Así nos lo muestran las investigaciones en las que participa la investigadora sueca Kerstin Uvnas-MobergDurante el parto y la lactancia se activa un sistema antiestrés, la mujer está más protegida. Las neuronas que se encargan de la producción de oxitocina se reestructuran literalmente durante el parto y la lactancia. Según la autora, estos cambios pueden ser permanentes y facilitar el camino de cara a un próximo hijo o hija.
Motivación: la fuerza del amor
También gracias a la hormona prolactina, que funciona a nivel cerebral como neurotransmisor, las madres son más valientes. En las madres lactantes, por ejemplo, su nivel en sangre es hasta 8 veces superior al habitual. Como si la maternidad fuera un poderoso programa de afirmación personal.  Las madres están dispuestas a pelear siempre a favor de sus hijos.  Esta capacidad de lucha puede reflejarse en la existencia de asociaciones de madres en contra de muchas injusticias sociales. Las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, son un ejemplo.
Inteligencia emocional
Si definimos “inteligencia emocional” como “la habilidad de observar los sentimientos y emociones propios y ajenos, distinguir entre ellos y usar esa información para orientar nuestros pensamientos y nuestros actos”, parece ser que ser madre la pone a prueba cada día. Tanto practicar y practicar, al final se aprende. Parece que el ser madre ayuda a la comprensión emocional de los otros.
Así es que, según la evidencia, el cerebro de la mujer se halla en uno de sus momentos más plásticos (es decir, momentos de más crecimiento neuronal y mayores conexiones entre neuronas), durante la maternidad. Nada más lejos de volverse tonta.
Seguramente, la mente de una madre no está para memorizar o acordarse de ciertos detalles que son superfluos en comparación con cuidar de su bebé, su cerebro está muy ocupado. Tiene un objetivo de mayor trascendencia: criar a un ser humano. 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Beneficios de los hipopresivos


La Importancia del suelo pelvico en la Maternidad

El suelo pélvico es una parte fundamental en la anatomía de la mujer, y su no-recuperación influye en muchos aspectos de su salud, como en los problemas de espalda, las relaciones sexuales o las pérdidas de orina.

La mayoría de las mujeres desconocen lo que es el suelo pélvico y la necesidad de recuperarlo tras la maternidad. Se cree que en Argentina no llega ni al 20% de las mujeres que se someten a una revisión de suelo pelvico tras haber dado a luz y para ello influye en gran medida la implicación de los ginecólogos que revisan a las mujeres en el posparto. 

Según declaraciones de la doctora Carolina Walker fisioterapeuta experta en suelo pélvico, el suelo pélvico es una estructura formada por un conjunto de músculos y ligamentos situados en la cavidad abdominal, y cuya función principal es la de sostener los órganos internos (útero, vejiga, vagina y recto) y cerrar los esfínteres. Por tanto, es una parte fundamental de la anatomía femenina y repercute en muchos aspectos de la salud y el bienestar de la mujer. Tiene que ver con factores tan diversos como el embarazo y el parto, el deporte, la menopausia, la dieta o las relaciones sexuales.
Pero estudios recientes indican que también cumple una función de estabilidad, y existe una relación directa entre debilitamiento del suelo pélvico y los problemas y dolores de espalda, ya estos músculos se insertan en la columna lumbar y la pelvis y ayudan a la mujer a mantener la postura.



El embarazo y sobre todo el parto son causas fundamentales de daño del suelo pélvico.
Los factores que más lesionan el suelo pélvico son el embarazo y sobre todo el parto. En el embarazo el suelo pélvico debe soportar muchos cambios que le afectan directamente, como los cambios hormonales o el crecimiento del abdomen que provoca un aumento de presión sobre él.

Además, en más del 80% de los partos se produce alguna alteración en el suelo pélvico debido a los estiramientos y compresiones excesivas de los músculos, que será más profunda cuanto más agresivo sea el proceso. Además, en muchas de ellas se suma una episiotomía o posibles desgarros.


Cuanto más afectado está el suelo pélvico, aumenta la probabilidad para la madre de sufrir dolores de espalda, dolor en las relaciones sexuales y de tener pérdidas de orina. Se sabe que el 40% de las mujeres embarazadas y el 20% de las mujeres en fase de posparto tienen pérdidas de orina. Pero aunque no se tengan pérdidas de orina en el posparto, el suelo pélvico siempre quedará afectado y si no se recupera, la mujer podría desarrollarlas en un futuro.
Los ejercicios de recuperación del suelo pélvico pueden curar los problemas asociados hasta en un 50% y mejorarlos en un 70% de los casos con fisioterapia y ejercicios sencillos.

Por eso los expertos aconsejan valorar el estado del suelo pélvico tras el parto, y una vez valorado hay que determinar el programa de reeducación que necesita.


En Córdoba Argentina puedes consultar a la Lic. Daniela Gualtieri  fisioterapeutica capacitada en el área de fisioterapia obstétrica y uro-ginecológica para que valore tu suelo pelvico y proponga objetivos de tratamiento adecuado a tu problema.


Contacto: Lic. Daniela Gualtieri
Celular: 351-155576033