sábado, 12 de septiembre de 2009

“Hacerse” sin querer

Al menos un 45% de las mujeres de entre 30 y 60 años sufren de incontinencia urinaria en nuestro país. La mayoría ignora que este padecimiento va más allá de la simple molestia que implica no controlar la evacuación urinaria, sino que con el tiempo puede producir problemas orgánicos, psíquicos, sexuales y hasta sociales que alteran su calidad de vida. La solución no siempre es el quirófano: muchas veces el problema se soluciona con sencillos ejercicios. La clave es consultar un especialista.

Mujeres que estornudan, se ríen y tosen cruzando las piernas. Que prefieren no salir y quedarse en casa por miedo a no tener un baño a mano para cuando le den ganas. Mujeres que hasta evitan tomar agua para orinarse en la calle. Miles de mujeres viven bajo la sombra de la incontinencia urinaria.

El escape sin control de la orina no siempre es sinónimo de pabellón, pero sí de consultar al especialista. La incontinencia urinaria es un síntoma de varias afecciones que pueden solucionarse con ejercicios específicos, medicamentos y cirugía en algunas situaciones. Para ello, ir a la consulta del urólogo o del ginecólogo y realizar un buen diagnóstico es fundamental para dar con el tratamiento adecuado.

La incontinencia urinaria es definida como el escape involuntario de orina que produce problemas orgánicos, psíquicos, sexuales o sociales importante y que altera calidad de vida y también la convivencia de las personas. En el caso de la incontinencia urinaria por esfuerzo (IUE) es, además, progresiva.

Las más frecuentes

Factores relacionados con la pérdida involuntaria de orina hay muchos, como el sedentarismo, el estrés, la obesidad, la hipertensión arterial, ser madre de varios hijos o la menopausia.

Además existen otras enfermedades que tienen relación con algún tipo de incontinencia, como males hepáticos, coronarios o la diabetes mellitus.

Existen varios tipos de incontinencia urinaria y su presencia puede responder a múltiples factores y otras enfermedades asociadas, pero en el caso de las incontinencias que afectan a las mujeres, generalmente se presentan dos: la incontinencia urinaria por esfuerzo tipo II y la incontinencia por urgencia. La primera está relacionada con problemas de la laxitud de los tejidos que sostienen la vejiga y que dejan pasar orina ante un esfuerzo (tos, estornudo, salto). La segunda tiene que ver con problemas de hiperactividad de la vejiga o bien con el mal cierre del esfínter uretral, (como una llave que no cierra bien y gotea).

La obesidad, el embarazo y los partos tienen que ver con la laxitud de los tejidos y la disminución del estrógeno causa daño en los tejidos y deterioro en la riqueza de la submucosa de la uretra, arterias y venas que forman una especie colchón que hace el efecto de sello de presión en la uretra que cuando falla comienza a gotear.

Las incontinencias urinarias están también relacionadas con la distensión del "piso pélvico", una serie de músculos que sostienen la uretra, la vejiga, el útero y el recto, sobre todo después de los 35 años. Estas cifras aseguran que al menos el 80% de las mujeres con incontinencia tienen el riesgo de tener otras disfunciones del piso pélvico.

Del ejercicio a la cirugía

Antes de definir que tipo de incontinencia padece la mujer, se requiere de una buena historia clínica de la paciente y algunos exámenes específicos que den cuenta clara del funcionamiento de los órganos que están relacionados con la pérdida de orina.

Los tratamientos para cada incontinencia son variados y no siempre se requiere de la cirugía.

En el caso de la incontinencia urinaria por esfuerzo (IUE) existen algunos ejercicios para mejorar la tonicidad de los músculos del piso pélvico (ver recuadro) como una primera parte del tratamiento. Para ello, existen kinesiólogos especialistas en el trabajo muscular del periné que enseñan a las pacientes a contraer y relajar estos músculos, con lo que también se fortalecen los circuitos nerviosos que controlan esos músculos. Para estos ejercicios se cuenta con equipos especiales que miden la contracción muscular y que la incitan mediante impulsos eléctricos.

La cirugía se deja como última opción en el caso de la IUE. Hoy existe una moderna cirugía en la que se coloca una cinta de material sintético por sobre la uretra que evita la expulsión de orina.

Para la inestabilidad vesical o contracción involuntaria de la vejiga se utilizan medicamentos que inhiben la actividad de la vejiga. Incluso en algunos casos específicos se utiliza el bótox, la misma toxina ocupada para la eliminación de arrugas de la cara.

La operación u otros tratamientos de incontinencia urinaria no dejan a una paciente absolutamente seca o sin posibilidades de escape de orina involuntaria en algunas ocasiones, pero sí se mejora ostensiblemente la calidad de vida de la paciente.

Algunos tipos de incontinencia

-Incontinencia por esfuerzo: Es progresiva y se presenta generalmente en las mujeres que superan las cuatro décadas. Cuando realizan esfuerzos como toser o reír, se escapa orina. Tiene relación con el paso del tiempo y los partos. También está relacionada con un daño anatómico estructural de los elementos de soporte de la uretra.

-Incontinencia por urgencia: se refiere a un deseo de orinar que no es posible controlar. Está relacionado con problemas de contracción de la vejiga y enfermedades neurológicas. Hay un problema relacionado con el músculo de la vejiga (detrusor) que sufre un desorden de contracciones a destiempo sin esperar a que la vejiga alcance el nivel de micción (500-550 cc).

-Incontinencia Mixta: es una mezcla de las dos anteriores

Otras incontinencias: En este grupo está la incontinencia nocturna, frecuente en los niños y la incontinencia de los adultos mayores que tiene relación con enfermedades urológicas y la incontinencia por rebalse.

Datos

-Estados Unidos gasta anualmente entre 16 y 26 billones de dólares por el cuidado rutinario de la incontinencia urinaria.

-Estudios realizados en España señalan el 50% de las afectadas por pérdidas de orina padecen depresión; el 41% insomnio y el 33%, ansiedad.

-Un estudio de la Sociedad Internacional de Incontinencia (ICS) practicado en más de cuatro mil 500 mujeres entre los 18 y los 65 años de edad determinó que un tercio de ellas presenta algún grado de incontinencia por esfuerzo.

FOTO_02 W:400 H:649 29 kb

No hay comentarios: