jueves, 15 de abril de 2010

Postura del bebé en la panza


Lo adecuado sería que el pequeño afronte el parto con la cabeza hacia abajo y la espalda apoyada en el abdomen de la mamá aunque, a veces, puede adoptar otras posturas que puedan causar problemas en el parto.

A todas las embarazadas les preocupa la posición en la que está el bebé en el momento de dar a luz.
Tanto la situación en el útero (longitudinal, diagonal o atravesado) como su presentación (se refiere a la parte del bebé que va a descender primero) influyen en el desarrollo del nacimiento.
Por eso, si la columna del pequeño no está situada en forma paralela a la de la mamá o no se presenta de cabeza, el parto requiere de algunas precauciones que exigen, en ocasiones, practicar una cesárea.

¿Cómo nos damos cuenta la postura en la que está el bebé?
La ecografía es el método más efectivo para evaluar en qué postura se encuentra el futuro bebé durante el embarazo. También el médico puede saber en que posición está el bebé mediante la exploración vaginal o las “maniobras de Leopold” en donde palpando el abdomen materno el profesional puede determinar si el pequeño está de cabeza o de cola y localizar su pecho para auscultar los latidos.

¿En qué momento del embarazo el bebé rota y se coloca hacia abajo?
A medida que la cabeza va creciendo, el pequeño va girando en el interior del útero hasta quedar con el cráneo encajado en la pelvis y las nalgas hacia arriba. Está postura es adoptada a partir del séptimo u octavo mes y generalmente, se mantiene hasta el día del parto, sobre todo las mujeres que esperan el primer hijo.

¿Es factible que el bebé cambie de posición durante el parto?
En el transcurso del parto la cabeza del bebé no baja en forma recta por el cuello del útero sino que va girando para aprovechar mejor el espacio. En ocasiones, al ir girando, la cabeza puede colocarse mal y alterar la dinámica del parto. Esto se conoce como distocia de rotación. Esta irregularidad en el descenso de la cabeza puede hacer que se necesite el uso de fórceps como ayuda en el parto o practicar una cesárea.

¿Cuál es la postura indicada para el bebé?
En la posición longitudinal, la columna vertebral del pequeño está ubicada paralela a la de la madre.
Cuando la criatura está colocada con la cabeza hacia abajo, lo adecuado es que la coronilla (zona del cráneo con menor diámetro) esté encajada en la pelvis materna.
Lo ideal sería que el bebé apoye su espalda en el abdomen materno ya que de esta manera puede extender mejor el cuello y a medida que va descendiendo le será más fácil que salga (de esta manera puede salir de una manera más fácil y adecuada). Cuando el obstetra lo recibe, al salir de esta forma, el bebé esta mirando el piso.
En pocas ocasiones, la criatura, aun presentando la cabeza, extiende el cuello y encaja la frente en la pelvis o flexiona el cuello completamente hacia atrás y lo que presenta es el rostro o el mentón. Estas presentaciones aun siendo cefálicas pueden llegar a complicar el parto ya que no puede descender por quedar encajado en la pelvis materna.

¿Qué sucede si el pequeño no está colocado correctamente?
Solo la postura transversal es incompatible con el parto por vía natural. Las presentaciones cefálicas de frente o de cara pueden llegar a requerir de una cesárea.
Recuerda, si el obstetra te comenta que el bebé está en “posición posterior”, el parto va a ser más lento. Cuando está de esta manera, la columna del pequeño se apoya en la de la mamá y suele presentar una parte de la cabeza que no es la coronilla. Por este motivo el parto se enlentece o cuesta el descenso.

¿El dolor de parto es debido a la posición que adopta el bebe en el útero materno?
No, no es debido a esta situación. Hay otros factores que intervienen y son muy particulares para cada mamá, pero por suerte las mujeres en que el umbral del dolor es muy bajo tienen como alternativa la anestesia epidural.
El “parto de riñones” no tiene que ver con la posición del chiquito, sino con la reacción ante el dolor de las contracciones uterinas en la zona lumbar de la mamá.

¿Puede estar atravesado?
No es común, pero puede suceder que la criatura esté acostada, como si la pelvis materna fuera una cuna. Puede tenderse sobre su espalda o sobre el vientre y tener la cabeza del lado izquierdo o derecho del abdomen materno. De hecho en algunos casos, puede llegar a asomar uno de los brazos a través del cuello uterino.
En pocas ocasiones, en el momento del parto el pequeño está en diagonal, a lo que se conoce como situación oblicua o “de hombros”. La posición transversal impide que la criatura siga el camino normal para bajar por la pelvis, por lo que es necesario practicar una cesárea.
Ambas situaciones son más usuales en mujeres que han tenido más de tres hijos.

¿Una vez que se colocó, deja de dar vueltas?
En el primer embarazo es normal que el bebé se coloque con la cabeza para abajo antes de la semana número 34. Luego, es difícil que varié su posición sin ayuda externa.
No obstante, en las siguientes gestaciones el bebé puede estar de nalgas e incluso atravesado o ponerse en posición cefálica momentos antes de dar a luz, o viceversa: estar colocado o descolocarse. Esto sucede porque los músculos uterinos y abdominales están más distendidos después de uno o más partos. Así el bebé puede moverse con mayor facilidad durante las últimas semanas del embarazo.

¿La madre o el profesional pueden ayudar a que el bebé cambie de postura?
Todavía no hay estudios que demuestren que ciertos ejercicios ayudan a cambiar la orientación de la criatura durante el embarazado. No obstante, durante el parto existen posturas que pueden ayudar a la rotación, como acostarse hacia un lado en vez de boca arriba o colocarse durante determinado tiempo boca abajo. Los especialistas son los que tienen que determinar cuál es la posición idónea para ayudar al bebé.

¿Qué sucede si se presenta de nalgas?
Si viene de nalgas, el bebé puede estar sentado con las piernas cruzadas sobre la pelvis de la mamá, de manera que los pies aparecen en primer lugar (presentación podálica completa), o tener las piernas extendidas hacia arriba y los pies delante del rostro y presentar solo las nalgas (presentación podálica incompleta).
Esta presentación es común en los nacimientos prematuros donde el futuro bebé todavía no se había colocado, embarazo múltiple, malformaciones uterinas y exceso de líquido amniótico.
Hoy en día hay muchos ginecólogos que suelen practicar cesáreas en todas las presentaciones de nalgas. No obstante, otros especialistas consideran que el parto vaginal es posible siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones: que la cabeza del pequeño no sea grande respecto al tamaño de la pelvis de la mamá y que en el momento del parto la dilatación del cuello del útero sea rápida, espontánea y regular. De este modo, la criatura podrá salir de nalgas, luego los hombros y finalmente la mujer empujará para que salga la cabeza.
Los chiquitos que nacen de nalgas tienen mayor posibilidad de sufrir luxación congénita de caderas, la postura que adoptan dentro del útero es una señal.
No dejes de comentarle a tu pediatra que tu hijo nació estando en esta posición.

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