jueves, 16 de julio de 2009

Cuidado y Recuperación del suelo pélvico


¿Que entendemos por suelo pélvico?

Conocemos como suelo pélvico al grupo de músculos (perineo) limitados por las nalgas, los muslos y la pelvis, que proporcionan el sostén a toda la parte baja del abdomen (vejiga de la orina, útero o matriz e intestino inferior).


Causas que debilitan los músculos del suelo pélvico
La ejercitación de estos músculos no se realiza de manera espontánea, aunque se mantenga una excelente condición física con la práctica habitual de deportes. Existen varias causas y factores de riesgo que inciden o agravan su deterioro, aunque la mayoría de ellos son prevenibles y su adecuado conocimiento contribuiría a evitarlos.

1. Embarazo y parto.
Constituye la principal causa del debilitamiento. Cuando la mujer está embarazada, la presión abdominal aumenta a medida que el bebé aumenta de peso y tamaño, como consecuencia el sulo pélvico debe realizar un esfuerzo mucho mayor. Además la distensión de estos músculos aumenta cuando el bebé pasa a través de ellos en el parto.

Por otro lado la vida que vivimos, obliga a la mujer a mantener su figura, por esto es normal tras el parto realizar ejercicios físicos ( abdominales...) que en lugar de favorecer la recuperación de su cuerpo lo deterioran, ya que contribuyen a cargar el suelo pélvico sin antes haberlo recuperado.

2. Ejercicio físico.
El deporte que aumenta la presión intrabdominal, y no se equilibra con los correspondientes ejercicios para reforzar el suelo pélvico lo debilita.Esto tiene consecuencias a medio y largo plazo : es muy frecuente encontrar incontinencia urinaria en deportistas, que practican deportes que sobrecargan el periné.

3. Envejecimiento.
La situación de semejanza con el resto de los músculos es que cuando no se ejercitan, simplemente con el paso de los años se van atrofiando. Además, los cambios hormonales de la menopausia pueden producir pérdida de flexibilidad. Por tanto, en esta etapa de la vida de la mujer es muy habitual la presencia de los efectos de la debilidad del suelo pélvico, siendo la más habitual la incontinencia al esfuerzo.


Consecuencias de la debilitación de los músculos del suelo pélvico:
A corto o largo plazo se pueden desarrollar las siguientes afecciones:

1. Incontinencia urinaria de esfuerzo.
Es el primer síntoma de alarma. Provocada por cualquier esfuerzo abdominal repentino (al toser, reir, bailar, saltar, etc.). Son los temidos escapes de orina.
En la actualidad existen métodos para por un lado tratarla ( terapia de conos vaginales: LADY SYSTEM de Laboratorios LETI ) y por otro mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen ( recientemente llegadas a las farmacias: compresas de incontinencia de esfuerzo, Indasec de Laboratorios INDAS ).

2. Prolapsos.
Son trastornos que elevan la gravedad con respecto a las incontinencias antes citadas. Son descensos de la matriz (prolapso uterino) por fallo del compartimento central, de la vejiga (cistocele) generados debido a fallo en la pared anterior, y del recto (rectocele), debido a fallo en la pared posterior. Cuando son de grado menor pueden tratarse con terapias rehabilitadoras de la musculatura, y en cambio, los casos más graves requieren intervención quirúrgica.

3. Disfunciones sexuales.
Estas disfunciones puede enumerarse como : disminución de la sensibilidad sexual de la mujer, disminución de la intensidad de los orgasmos que incluso en ocasiones no llegan a alcanzarse, experimentación de sensaciones dolorosas durante el coito.


Soluciones: Prevenir
Lo más adecuado, como en la mayoría de situaciones, es prevenir. Los consejos básicos irán enfocados a eliminar los factores cotidianos que puedan producir debilidad de la musculatura del suelo pélvico como :

1. Retener la orina mucho tiempo
2. vestir prendas muy ajustadas que compriman la zona
3. ganar peso rápidamente,o ganar mucho peso
4. Realizar ejercicios de fortalecimiento.
5. Hacer ejercicios de recuperación del suelo pélvico tras el parto


Mantenimiento del suelo pélvico tras un tratamiento.
Tras la consecución de la puesta a tono de los músculos del suelo pélvico, y con el fin de que esta mejora se mantenga, aconsejamos:
1) Realizar una autoevaluación cada seis meses, por ejemplo con los conos. Si se nota pérdida en el tono muscular , realizar un poco de recuperación de nuevo.
2) Proteger los músculos del suelo pélvico adquiriendo el hábito de contraerlos cada vez que se vaya a realizar un esfuerzo abdominal (estornudar, toser, levantar un peso, correr, durante los saltos o impactos al practicar deporte, etc.).
3) Realizar ejercicios del suelo pélvico contrayéndolos y relajándolos de vez en cuando y en todas las posiciones posibles, con contracciones rápidas, lentas y escalonadas.
4) Tener siempre presente los hábitos cotidianos que lo perjudican para evitarlos (retener mucho tiempo la orina, empujar con fuerza para vaciar la vegija, etc.)

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