miércoles, 29 de julio de 2009

Para las mamás con niños de 1 a 4 años... Unos Consejitos!




El niño sentado a la mesa: aprendiendo a comer

Tener toda la paciencia del mundo y mostrar una actitud saludable y positiva hacia la comida son las premisas más importantes para construir unos buenos hábitos alimentarios. Estos hábitos debemos transmitirlos no sólo cuando nuestro hijo está comiendo, sino en todas aquellas actividades que rodean el mundo de la comida: sentados a la mesa, en la cocina preparando la comida, en el supermercado escogiendo los alimentos, etc. Y cuidado: las prisas, la impaciencia y la obligación son los peores enemigos de los buenos hábitos alimentarios.

  • Nuestro hijo puede ser el mejor "pinche de cocina". Tenerlo de ayudante haciendo aquellas cosas adecuadas a su edad es una manera divertida y eficaz de hacerle más positivo el mundo de los alimentos: batir los huevos, cortar la lechuga con los dedos, colocar la patata hervida alrededor de la fuente, etc.


  • Una tarde de lluvia puede ser la excusa ideal para acabar con nuestro hijo en la cocina haciendo un suculento pastel o unas divertidas galletas.


  • Cuando vayamos al supermercado podemos pedirle que escoja algunos productos, que los vaya metiendo en el carrito, etc.


  • Podemos pedirle a nuestro hijo que nos ayude a programar el menú de la semana. Así, con nuestra ayuda, irá aprendiendo a combinar los alimentos de la mejor manera y a elaborar menús equilibrados.


  • Debemos mantener una rutina de comidas bien establecida: empezar siempre a la misma hora, en el mismo sitio, con los mismos utensilios. De esta manera el niño se siente seguro.


  • Ponerle la cantidad justa de comida en platos pequeños, incluso un poco menos, para ir aumentando la ración progresivamente. Se trata de que el niño se de cuenta de que lo que tiene en el plato se lo debe terminar.


  • Evitar instrucciones generales que puedan significar muchas cosas diferentes. Por ejemplo la frase tantas veces utilizada de "come bien" es confusa ya que unas veces puede querer decir que comas más deprisa y con la boca cerrada, y otras puede referirse a comer con el tenedor, limpiarse la boca con la servilleta y sentarse correctamente en la mesa. Es mejor señalar cada cosa, pero ¡ojo! no todas a la vez.


  • Las reglas de oro: paciencia, instrucciones claras y sistemáticas y ejemplo, por parte del adulto, del hábito que está intentando inculcar.


  • A partir del año, el niño debe tener su plato y sus cubiertos. El vaso debe ser de plástico y, a ser posible, con asas para que pueda cogerlo mejor.


  • La participación del niño en la preparación de los menús, poniendo la mesa o escogiendo algo de la compra, fomentará su interés en la alimentación.


  • Evitar los estímulos que distraigan la atención a la hora de comer, sobretodo el de la televisión.


  • Cuando el niño rechaza alguno de los alimentos básicos, el secreto para que los coma está en presentarlos troceados, mezclados o, en último caso, ofrecer sustitutivos; pero siempre teniendo bien claro que son medidas pasajeras y que el niño debe acostumbrarse a comer de todo.


  • Aunque la participación del niño implique hacer las cosas con más lentitud, debemos dejar que colabore: poniendo la mesa, participando en la compra del supermercado, ayudando en la cocina en aquello que esté a su alcance, etc.


  • De vez en cuando, hacer algún plato juntos. Lo ideal es una ensalada fría o un pastel. Participar en algo que da un resultado tan vistoso en tan poco rato les resulta muy gratificante.


Articulo extraído de Solohijos.com

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