martes, 29 de noviembre de 2011

Recomiendan retrasar el corte del cordón umbilical

Retrasar unos minutos el corte del cordón umbilical cuando nace un bebé puede ofrecer beneficios a su salud, afirma una investigación.
Recién nacidoLa unión a la placenta puede mejorar los niveles de hierro en la sangre del neonato.
En recién nacidos sanos, esperar al menos tres minutos antes del corte puede mejorar sus niveles de hierro y evitar el riesgo de una anemia por deficiencia de este mineral, afirma la investigación publicada en British Medical Jorunal (BMJ) (Revista Médica Británica).
Aunque hasta ahora los estudios han mostrado que el retraso del corte umbilical puede prevenir la deficiencia de hierro, había resultados contradictorios que decían que este retraso podía elevar el riesgo de ictericia neonatal y de otros problemas de salud.
Pero la nueva investigación afirma que retrasar el corte no está vinculado a estos efectos adversos en la salud del recién nacido.
La deficiencia de hierro y la anemia causada por esta deficiencia son problemas de salud importantes en muchos niños alrededor del mundo.
Estos trastornos están asociados a un pobre desarrollo del sistema nervioso y problemas de crecimiento.
Hace algunos años la Organización Mundial de la Salud retiró de sus recomendaciones el corte temprano del cordón umbilical.
Pero en muchos países no existen lineamientos formales sobre cuándo debe llevarse a cabo esta separación.
En el Reino Unido, por ejemplo, se ha encontrado que varios hospitales llevan a cabo el corte inmediatamente después del parto.

Mejora sanguínea

Se calcula que en el mundo cerca de 25% de los niños en edad preescolar tienen anemia por deficiencia de hierro, la forma más severa de deficiencia de este mineral.
"El retraso del corte umbilical debe ser considerado como atención estándar para los nacimientos a término después de embarazos que no presenten complicaciones"
Dres. Ola Andersson y Magnus Domellöf
Una solución simple para este trastorno, afirman los expertos, es asegurarse de que los bebés comienzan su vida con un abastecimiento máximo de reservas de hierro en la sangre, las cuales pueden obtener de la placenta.
Los científicos del Hospital de Halland y la Universidad de Umea en Suecia, estudiaron los efectos de retrasar el corte umbilical en el nivel de hierro en infantes que habían cumplido cuatro meses de edad y los compararon con los de infantes que habían tenido un corte inmediato tras el parto.
El estudio incluyó a 400 bebés nacidos a término con embarazos de bajo riesgo. Algunos habían tenido el corte umbilical después de al menos tres minutos y otros a menos de diez segundos tras el parto.
Los resultados mostraron que los bebés a quienes se retrasó el corte tenían mejores niveles de hierro a los cuatro meses de edad y tuvieron menos casos de anemia neonatal.
Los científicos calculan que si se deja al neonato unido al cordón durante al menos tres minutos después del parto se puede mejorar el volumen de hierro sanguíneo en 35%.
Además, el estudio no encontró que el retraso en el corte estuviera asociado con efectos adversos de salud.
Según los autores "el retraso del corte umbilical debe ser considerado como atención estándar para los nacimientos a término después de embarazos que no presenten complicaciones".
El Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido no tiene recomendaciones específicas sobre cuándo debe hacerse el corte umbilical, pero está pidiendo que se lleven a cabo más estudios sobre este tema.
"La deficiencia de hierro en los primeros meses de vida está asociado al retraso en el neurodesarrollo, que puede ser irreversible" dice el organismo.
"No se sabe si incrementando la transfusión placentaria al retrasar el corte umbilical puede mejorar el neurodesarrollo en la primera infancia pero esta hipótesis debería ser investigada en ensayos aleatorios más amplios" agrega.

Fuente: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/11/111116_retraso_corte_umbilical_men.shtml

Las altas temperaturas pueden acortar la duración del embarazo

ESTUDIO EN MÁS DE 7.000 NACIMIENTOS EN BARCELONA

   Investigadores del Centro de Investigación Epidemiológica y Ambiental de Barcelona (CREAL) aseguran que las temperaturas elevadas pueden provocar una disminución en la duración de los embarazos, hasta el punto de que una jornada de calor excesivo puede ser suficiente para adelantar el parto en un día, según los resultados de un estudio publicados en la revista 'Environmental Health Perspectives'.
   En el estudio, liderado por el doctor Payam Dadvand, se midió el impacto a corto plazo de la exposición materna a temperaturas extremas ambientales durante el embarazo en una muestra de 7.585 nacimientos que se produjeron durante el período 2001-2005 en Barcelona.
   Para ello, utilizaron datos nacionales sobre el calor y la temperatura diaria para el período de 1983-2006, aplicando hasta tres indicadores de las condiciones de calor extremo basados en la exposición a un calor inusual y un alto índice de humedad. De este modo, cuantificaron el cambio en la duración del embarazo después de la exposición materna a las condiciones extremas de calor.
   De este modo, los resultados revelan que la exposición materna a un calor extremo puede tener un efecto inmediato sobre la duración del embarazo, y que estas temperaturas extremas se asocian con una reducción de la edad media gestacional de los niños.
   Estudios previos ya habían apuntado a una mayor vulnerabilidad de las mujeres embarazadas al calor, relacionando estas condiciones extremas con la inducción de las contracciones uterinas, un aumento de la secreción de las hormonas relacionadas con el parto (oxitocina y prostaglandinas) y un aumento de los niveles de la proteína de choque térmico 70 relacionado con el parto prematuro.
   El estrés por calor es una función de la interacción de la producción interna de calor, la capacidad de la pérdida de calor al medio ambiente y la carga de calor ambiental. Durante el embarazo, aumenta la deposición de grasa y la producción interna de calor debido al crecimiento fetal y el metabolismo.
   Según ha reconocido Dadvand, aunque se necesitan más estudios para confirmar estos resultados en diferentes contextos, un episodio de calor inusual el día antes del parto se asocia con una reducción de un día de duración promedio de embarazo.
   Además, añade en declaraciones al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), estos datos podrían lograr una disminución de cinco días para valores más extremos.
   De hecho, con las previsiones del clima, y teniendo en cuenta que una reducción de hasta una semana en la duración del embarazo se ha relacionado con resultados adversos para la salud de los recién nacidos, los autores sostienen que los estudios futuros deben considerar estos factores para informar de las intervenciones de salud pública adecuadas al respecto.

Fuente: http://www.europapress.es/salud/noticia-altas-temperaturas-pueden-acortar-duracion-embarazo-20111128144829.html

viernes, 25 de noviembre de 2011

Día de la No Violencia contra la Mujer

Hoy, 25 de Noviembre es el Día Internacional de la NO VIOLENCIA contra las mujeres. Actuemos para que los otros 364 días del año también se denuncien y repudien todas aquellas situaciones de violencia que existen (maltrato físico, verbal, psicológico, simbólico, institucional, laboral, mediático, obstétrico,atentar contra la libertard reproductiva).
En Argentina la ley nacional 26845 de protección integral, prevención y castigo a la violencia contra la mujer reconoce todas estas formas de violencia. HAGAMOS QUE SE CUMPLA!!!!

Ley Madre

jueves, 24 de noviembre de 2011

Riesgos de una cesárea para la madre


Endometriosis y adherencias
Por Nuria Martínez
Esta ampliamente extendida la idea, de que una cesárea es un método rápido y seguro de nacer. Si además se trata de una programada, mucho mejor para todos. Eliges la fecha de cumpleaños, no pasas miedos ni dolores de parto, tu ginecólogo cuadra sus horarios y puedes informar a toda la familia del momento exacto del nacimiento. En fin, es un método ideal. Pero se nos escapa un pequeño detalle, si fuera tan inocuo naceríamos con cremallera de serie en el útero o corregiríamos este error de la naturaleza, implantando una a todos los fetos femeninos. Perdónenme por el sarcasmo.
Una, que ha “disfrutado” en 2 ocasiones de este aséptico método, no entiende muy bien si la gente realmente se lo cree o solo lo dice por pura ignorancia. Bueno, ignorancia y falta de sentido común. Una operación quirúrgica abdominal, tiene una serie de riesgos que podemos minimizar si queremos, pero que están ahí. Por un lado, los riesgos de la anestesia, sea esta raquídea o general. A lo que hay que sumar los riesgos (inherentes) de rajar la barriga de una mujer sana, hurgar en su vientre cortando y separando membranas, órganos y músculos, hasta llegar al útero. Hacer una incisión y sacar por la fuerza un bebe. Para luego, volver a reparar y colocarlo todo en su lugar. Como mínimo, sin ser especialista, se pueden ver los  riesgos de hemorragia, infección, laceración de órganos internos (vejiga, intestinos…). Pero si te informas un poco, puedes sumar algún que otro riesgo más. Tener un útero poco “colaborador” que no entiende que tiene que contraerse (la extirpación del útero es un riesgo pequeño pero existe), trombosis, infección de orina por el sondaje, etc.
Pero es que luego sales del quirófano y tienes que enfrentarte al dolor. Ese dolor que te parte literalmente por la mitad. La imposibilidad de toser, reír, carraspear. No puedes imaginarte la cantidad de movimientos que requieren los músculos abdominales, hasta ese momento. Cuando te levantan por primera vez (porque ni incorporarte sola puedes) comprendes que el médico olvidó contarte la segunda parte de la operación. Y es que para el médico todo ha terminado. Pero tu estás tumbada en una cama, con una hermosa cicatriz en el vientre y un bebe a tu lado. Un bebe que necesita que lo cojan en brazos, que lo cambien y lo alimenten. Solo aquellas que lo han sufrido pueden entender lo doloroso que puede ser, ver como tu hijo te necesita y no poder hacer nada.
Otro pequeño detalle “sin importancia” que olvidó el doctor, fue explicarte que puede ser normal que cuando veas a tu hijo por primera vez, sientas un enorme vacío. Vacío en tu vientre, pero también en tu corazón. En ese momento te sorprendes a ti misma preguntándote, donde está todo el amor que durante 9 meses has ido almacenando para este momento. Sufres en silencio la vergüenza de ser una madre, que no se enamoró de su hijo nada mas nacer. Le pides perdón cada día, hasta que alguien más informado, o más desinhibido, o más valiente, te dice que ella tampoco sintió nada. Que es algo relacionado con las hormonas, el parto y la cesárea. Para entonces, si no has caído en una depresión posparto, ya te has enamorado de ese bebe hermoso capaz de arrancar sonrisas al mas pintao.
Por último cuando la crianza de nuestros hijos y nuestros trabajos, nos hagan olvidar la cicatriz, siempre queda la posibilidad de sufrir adherencias o incluso con un poco de mala suerte endometriosis.
Así que la próxima vez que alguien le cante las alabanzas de una operación quirúrgica solo necesaria en el 10% de los casos. Hágame y hágase un favor, pídale que se informe. Que se pase por este blog o por Apoyocesareas, del reciclaje ya nos encargamos nosotras.

Inducción del parto aumenta el número de cesáreas.

Interesante estudio realizado en la Facultad de medicina de Jefferson, EEUU.
La inducción del parto aumenta el riesgo de cesárea

Fuente: JANO.es · 2010

Aunque muchas inducciones son médicamente necesarias, otras son “optativas”, según un estudio.
Inducir el parto eleva el riesgo de cesárea, de acuerdo con un estudio reciente, publicado en Obstetrics & Gynecology, que aportó algunas cifras consistentes a una relación que los expertos sospechaban desde hacía tiempo.
“La inducción del parto duplica el riesgo de cesárea”, aseguró la autora del estudio, la Dra. Deborah Ehrenthal, de la Facultad de medicina Jefferson de la Thomas Jefferson University, de Filadelfia (Estados Unidos).
Muchas de las decisiones que se toman para inducir el parto son médicamente necesarias, tales como los casos en los que es más seguro provocar el parto que continuar con el embarazo. Sin embargo, muchas inducciones son “optativas”, dado que las solicitan generalmente las mujeres o sus médicos, encontró la doctora Ehrenthal en su estudio. “Existen preocupaciones de que los partos se programen e induzcan por razones que no son médicas”.
Entre ellas, algunas mujeres optan por la inducción del parto cuando sus parejas están disponibles, por ejemplo cuando regresan a casa después de un viaje de negocios. “Necesitamos comprender que esto no está exento de riesgos”, señaló la doctora Ehrenthal con respecto a las inducciones optativas y al riesgo elevado de cesárea. “Las madres afrontan riesgos significativos con las cesáreas”.
En su estudio, la doctora Ehrenthal se centró en 7.804 mujeres que dieron a luz por primera vez a un bebé a término, entre la semana 37 y 42. Encontró que el parto se indujo en el 43,6% de las mujeres y que el 39,9% eran inducciones electivas.
Después, la doctora Ehrenthal analizó las mujeres que se sometieron a una cesárea y observó que usar la inducción del parto (ya sea electiva o no) aumentó las probabilidades de tener una cesárea en más de 2,6 veces.
Dicho de otra forma, “el 20% de las cesáreas se atribuyeron a la inducción del parto, fuera esta electiva o no”, apuntó la doctora Ehrenthal. “Debemos estar un poco menos dispuestos a hacer una inducción”.
En el 37% de los partos inducidos, el cuello uterino de las mujeres no estaba lo suficientemente preparado, descubrió la doctora Ehrenthal. Tener una cesárea también eleva las probabilidades de tener otra cesárea en partos futuros. “Las nuevas evidencias muestran un mayor riesgo junto con el aumento en el número de cesáreas. Evitar la primera cesárea puede detener esa cascada”, y reducir las inducciones electivas del parto es una forma de hacerlo, señaló.

Cinco grandes ventajas del colecho


colechadores

Dormir con los hijos, lo que llamamos colecho, es una opción que tiene bastantes ventajas, y muchas de ellas contradicen las críticas a esta costumbre, cada vez más extendida en nuestras sociedades occidentales, habitual en otras culturas y que ha sido la forma en la que han dormido los niños desde el comienzo de la Historia de la Humanidad.

El colecho facilita la lactancia y la alimentación nocturna

La lactancia es un proceso natural que, es óptimo, cuando se produce a demanda, pues es la succión del bebé la que regula la producción y favorece el mantenimiento de una relación adecuada de la oferta disponible de leche. A más succión habrá, si no hay inconvenientes médicos o posturales, más leche.
Los bebés, además, necesitan mamar de noche para mantener, no solo una producción correcta adecuada a sus necesidades, sino también el aporte adecuado de nutrientes y cantidad de leche ingerida y hábitos de lactancia no interferidos. Durante los primeros meses, además, no atender su necesidad de alimento puede producirles hipoglucemia nocturna.
Amamantar es sencillo durante la noche si el bebé está al lado de la madre. Simplemente habrá que acercarlo al pecho si es pequeño y, más adelante, él mismo se aproximará al pecho y mamará lo que necesite.
La madre apenas tiene que despertarse, podrá recuperar el sueño inmediatamente y, de hecho, las madres que colechan muchas veces no saben decir el número de despertares del pequeño, pues ellas mismas no se desvelan.
Si el bebé no es amamantado también se beneficiará, en su alimentación nocturna, del colecho, pues la madre puede tener lo necesario para hacer el biberón en la misma habitación y dárselo con la mayor rapidez y sin tener que andar levantándose demasiado. Y además, podremos ofrecer a nuestro hijo todas las demas ventajas asociadas al colecho: intimidad, seguridad y descanso.

Los padres descansan más con el colecho

Enlazando con lo dicho anteriormente, dormir con el bebé también favorece el descanso de la mamá, que no tiene que levantarse de la cama para atender a su bebé cuando se despierte para comer o por otro motivo físico como que se destape o se encuentre mal. Sencillamente, acercándolo a su cuerpo, lo reconforta y pueden seguir durmiendo sin desvelarse.
El papá descansa también, los llantos del bebé no lo despiertan y, si no es comida lo que pide el niño o no reclama específicamente el contacto con la madre, él mismo puede cambiarlo o abrazarlo sin salir de la cama.

La familia recupera el tiempo perdido

Nuestros hábitos de trabajo hacen que muchas familias puedan disfrutar de pocas horas al día juntos. Con el colecho se les ofrece una oportunidad de recuperar ese tiempo perdido y compartir más contacto físico y emocional.
Las parejas suelen querer dormir juntos no solo para practicar sexo, sino también para hablar, abrazarse, hacerse mimos y despertarse juntos. Con los niños esto sucede igual, dormir con ellos hace que la familia pueda compartir el dulce sueño y también todos esos momentos de intimidad y cariño que ofrece el tiempo nocturno. Y para el sexo, si es que hay tiempo y fuerzas con un bebé en casa, siempre hay oportunidad y lugar en otros lugares de la casa (por ejemplo, en la habitación que habríamos destinado a la cuna).

Los niños se sienten mejor

El llanto de un bebé a veces responde a necesidades físicas, pero en otras ocasiones es por miedo, frío, dolor, necesidad de contacto y mimos o incomodidad. Cuanto antes atendamos estas necesidades, sean materiales o emocionales, menor será el tiempo en el que el niño esté sufriendo ese problema y menos llorará, pues si no lo atendemos pronto puede que luego, se sienta nervioso o asustado, y le costará mucho más dejar de llorar y sentirse tranquilo y confortado.
El saber que sus padres lo atenderán inmediatamente hace que el bebé se sienta más seguro cuando va a dormir, tarde más o menos en coger el sueño, y también, se sentirá más tranquilo mientras duerme. No hay razones para temer la soledad o la obscuridad, pues las personas que ama y lo protegen están a su lado e incluso, si se despierta, los siente cerca, los escucha, toca y huele, haciendo que no existan razones para pedir esa compañía, pues ya la tienen con solo extender su manita.
Eso fomenta buenos hábitos de sueño. Las necesidades físicas y emocionales estan cubiertas, el niño puede dormirse mamando, que es lo natural en el bebé, y tiene una sensación de protección nocturna que hará que el momento de irse a dormir sea vivido como algo placentero.
Por supuesto, puede suceder que el pequeño no se duerma inmediatamente cuando sus padres consideren que es el momento. A veces hay experiencias diarias que lo habrán disturbado y necesita expresar, a su manera, esa tensión. A veces simplemente no está cansado o está demasiado alterado para relajarse. ¿Hay acaso un sitio mejor que la cama familiar para pasar ese rato contando cuentos, dándole mimos o dejándolo jugar con nosotros?

Cuanto mejor durmamos, mejor estaremos por la mañana

Bastande cansado es atender a un bebé como para enfrentarnos al día siguiente sin haber podido dormir en toda la noche. Dormir con nuestro hijo no va ha eliminar sus despertares, pero si los reduce y hace mucho más sencillo que, habiéndolo atendido prontamente, todos recuperemos el sueño antes. Y desde luego, cuanto mejor durmamos, más descansados, más animosos y más sanos nos sentiremos la mañana siguiente, cuando nos espere otra jornada de cuidado de nuestro hijo y de trabajo, sea en casa o sea fuera de ella.
Dormir con los niños es normal y natural, y además, tiene muchas ventajas para los padres y los pequeños y les proporciona muchas oportunidades de sentirse bien. El colecho trata de una opción que, practicada con seguridad, ofrece muchas cosas a favor a las familias. Y sobre el sexo o la intimidad de la pareja, habrá muchas soluciones que seguro que podemos implementar sin renunciar a dormir todos juntitos.

Diez cosas que tu hijo necesita hacer


ensuciandose

Cuando tenemos un hijo pequeño nos abruman mensajes contradictorios sobre las cosas que debemos ofrecer a los niños, las experiencias, recursos educativos y logros en su autonomía que parece que hay prisa para que logren antes de los seis años: dormir solo de un tirón, leer o dejar los pañales.
Sin embargo, a veces nos olvidamos de lo importante que es la experiencia real con la naturaleza y los materiales. Vamos a hablar de eso y os voy a proponer 10 cosas que creo que todos los niños necesitan poder hacer en su infancia.

Ensuciarse

Ensuciarse a conciencia: con barro, agua, arena, hojas secas, hierba mojada, polvo de los caminos, lluvia en el pelo, paja del establo. Mancharse lo que necesiten, sin miedo a la suciedad, ni a que se estropee la ropa, ni tan siquiera el resfriado. Mancharse sin preocupación, sintiendo la experiencia de la materia natural.
Revolcarse por un prado, pisar las boñigas de una vaca, acariciar un animal, tener las manos llenas de barro y de musgo de un arbol. Terminar con los zapatos empapados del limo de un riachuelo.

Comer alimentos que recolecte de la Naturaleza con sus propias manos

Seguramente muchos, cuando eráis niños, descubrísteis el placer de comer algo cogido con vuestras propias manos. Yo comí peras y manzanas verdes de un árbol en el que trepe, moras del zarzal en el camino, setas de otoño (con la supervisión de un experto), espárragos e hinojo silvestres, nueces y piñones caídos, frambuesas, flores de acacia, trigo verde, néctar de campanilla, el dulce jugo de una hoja de hierba, higos maduros, huevos de las gallinas recién puestos, leche ordeñada con mis propias manos.
En lo posible ofrecer esta experiencia maravillosa a los niños, en paseos por el campo, vale la pena.
Y si tenemos la oportunidad de cultivarlos nosotros mismos en casa o en el jardín, es otra experiencia maravillosa el plantar, regar y cuidar los vegetales para luego disfrutarlos frescos y llenos de sabor.

Construir un refugio

Nosotros hemos construido muchos refugios. En el bosque, con ramas caídas; en la playa, con los troncos que arrastra el mar; en el desierto, con hojas de palma, piedras y cañas. Inventando un lugar donde escondernos, una aventura de naúfragos u hombres prehistóricos.

Sentir los elementos

Sentir directamente la fuerza y la diversidad de los elementos de la Naturaleza es emocionante, divertido y educativo. No privemos a los niños del viento en la cara, la lluvia en el pelo.
Meter los pies en el río, chapotear en los charcos, tocar con la mano el hielo en invierno, arrancar un carámbano. Revolcarse en la hierba y en la nieve. Lanzarse pellas de barro. Dejar que te rodee una tormenta. Patear las hojas otoñales. Oler las flores de la primavera. Explorar un bosque, una cueva (pequeña), caminar sin rumbo en un paraje natural. Subir una montaña hasta que puedas ver el horizonte y oler el aire de las alturas.

Descubrir animales en libertad

Mirar en una charca los renacuajos, los peces en un riachuelo, observar aves en libertad, perderte en el vuelo de los flamencos. Sentarte en mitad el bosque, en silencio, tumbado sobre la hierba mientras miras los insectos que se mueven. La sorpresa de un conejo que corre. Y, si puede ser, delfines saltando en torno a tu barco o corzos asomando, tímidos, entre los árboles. Escuchar el canto de los pájaros sin hablar. Seguir el curso de un rio hasta ver patos o nutrias.

Hacer sus propios juguetes

Otra de las actividades que olvidamos, cuando pueden ser muy sencillas, es enseñarles a construir sus propios juguetes.
Hacer una cometa y luego, esperar ansioso un día de viento para hacerla volar es algo maravilloso. Hacer una flauta o un palo de agua. Inventar una presa en el riachuelo con palitos y piedras, dejando luego que el agua vuelva a correr libre.

Trepar

Trepar por el simple placer de trepar. Con seguridad, pero sin miedo, y acompañados si es necesario. A un árbol, una tapia, una piedra enorme o una montaña. Sintiendo el peso del propio cuerpo, la gravedad que empuja hacia abajo, descubriendo los lugares donde apoyar los pies y asegurar las manos. Arañándose las rodillas, gritando al llegar a la cima, saltando como locos al rememorar la hazaña.

Encender una hoguera

Encender una hoguera. Por supuesto, con todas las normas de seguridad y la supervisión de un adulto, pero encenderla. Recogiendo ramas secas, con carbones, en un espacio asegurado o en una chimenea. Dando aire con un fuelle o abanicano con lo que tengamos a mano. Viendo como las llamas se alzan, sintiendo el calor en la cara, observando como se consume y, al final, apagando las brasas.

Comer con las manos

Pues si. Comer con las manos es un placer que no deberíamos prohibir, siempre dentro de las normas y adaptándonos al lugar y el alimento. Pero comerte unas chuletas, un pescado asado en el espetón, lo que sea, pero sin necesitar platos ni cubiertos, con los dedos calientes y la grasa por la barbilla. Es divertido, exitante y reconfortante.

Ir descalzo

Por casa les encanta seguramente ir descalzos. Y os lo digo aunque a mi me cueste horrores no ser una pesada de las zapatillas.
Y además, con cuidado, deberíamos dejarles sentir la sensación de los pies desnudos sobre la hierba y las hojas húmedas, la arena caliente, las piedras del camino, la nieve y el agua del un río o el mar aunque estén fríos. Luego, te limpias y te calzas, pero un rato de pies desnudos, con el barro colandose entre los deditos, es un placer y una experiencia sensorial que merecen tener.
Estas diez cosas que los niños necesitan experimentar en su infancia son propuestas a las que deberíamos acercarles, en vez de prohibirlas o evitarlas, pues son una fuente de aprendizaje, libertad y diversión maravillosa.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sabemos Parir - Rosa Zaragoza



Letra hermosa para una parturienta =)

"Siente que el momento llega.
Siente: tus huesos son fuertes.
Siente: estamos ayudando
Lo divino está contigo.
Siente: el niño está en la puerta.
Vivirá para abrazarte.
Siente: estás en buenas manos
y eres parte de la tierra
Tienes lo que necesitas,
madre de todo nosotros.

martes, 22 de noviembre de 2011

Preparación y cuidado de mamas y pezones" ALAS"

Se recomienda hacer la higiene de las mamas, las aréolas y los pezones sólo con agua, sol, leche y aire (ALAS).

El agua se utiliza cuando te bañas, sin aplicar jabón en aréolas y pezones, porque éste quita la grasa natural de la piel y los hace más fácilmente agrietables.

El sol fortalece la piel de los pezones cuando se toma 10 a 15 minutos diarios, antes de las 11hs o después de las 16hs, sin interposición de ventanas ni pantalla solar.

El aire mantiene sana la piel de los pezones, liberándolos de la maceración por exceso de humedad. Para airearlos puedes usar corpiño de lactancia con la tapa baja, dejando así los pezones al aire bajo una blusa suelta.

Para mantener lubricados tus pezones podés extraerte unas gotas de tu propio calostro o leche y esparcirlas con un dedo alrededor del pezón y aréola.
Elige un buen corpiño principalmente de algodón. Los pechos deben estar bien sostenidos sin estar comprimidos, evitando el uso de corpiño con aros ya que pueden dañar los pechos, provocar la aparición de estrías y generar congestión mamaria.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños sean alimentados exclusivamente con leche materna en los primeros seis meses de vida y que, a partir de entonces, el amamantamiento sea mantenido por dos años o más, juntamente con el uso de alimentos complementarios adecuados.

lunes, 21 de noviembre de 2011

El masaje perineal: “la importancia de tocarse y que te toquen”

El masaje perineal es una técnica que se utiliza para dar elasticidad a los músculos del periné. Lo hacemos en el preparto para evitar desgarros y el tan temido “tijeretazo” (episiotomía, al que dedicaremos un post más adelante),y también porque la mujer se familiariza con la sensación de estiramiento de la zona y acude al alumbramiento más relajada. En el postparto se realiza para la oxigenación del suelo pélvico, ya que,  en el caso de que exista un desgarro, no se forme un queloide (que explicado en palabras llanas sería un abultamiento de una cicatriz) que puede molestar en diferentes posturas en la vida diaria, además de durante la práctica del sexo.

         Se debe, o es aconsejable, comenzar con el masaje a partir de los 7 meses, hay profesionales que lo recomiendan desde el 5 mes, la verdad es cuanto antes empieces mejores resultados obtendrás. La duración del masaje debería ser de unos 15 minutos al día. En el preparto podemos pedir la implicación de la pareja, ya que llegado a cierto mes la tripa no permitirá hacerlo de manera cómoda.


            En el postparto, si hemos tenido la mala suerte de tener un desgarro o te han practicado una episiotomía, no debemos empezar con ello hasta que no se caigan o nos retiren los puntos de sutura, si tenemos algún tipo de problema como heridas o puntos infectados o sin cicatrizar, deberemos consultar a nuestro fisioterapeuta experto en uroginecología o a la matrona. Por cuestiones de comodidad y para que sea lo más agradable posible es mejor hacerlo tras hacer pis y evitando la zona de la uretra, que es el orificio por donde sale la orina.

          Si lo vas a realizar tu sola, debes relajarte y colocarte en una postura cómoda. La experiencia  me dice que la más práctica es de pie, con una pierna sobre una silla, o sentada y con la espalda apoyada en cojines. Cogeremos un espejo, para ser consciente de lo que estamos haciendo. Con las manos limpias y untadas en aceite, a mí personalmente me gustan los resultados obtenidos con el aceite de onagra en el postparto y con el de rosa de mosqueta en el preparto por las propiedades que tienen, pero he tenido pacientes que me han dicho que sus matronas le aconsejaron hacerlo con aceite de oliva (aquí ya no discuto porque carezco del conocimiento  y de la experiencia práctica de saber cómo son los resultados del aceite de oliva para trabajar los tejidos). Introducimos los dedos entre 2 y 4 cm en el interior de la vagina, si lo haces sola utiliza los pulgares, si te ayudan los dedos que se utilizan son el segundo y el tercer dedo. Debes realizar movimientos desde el fondo hasta la superficie apretando moderadamente y  estirando el tejido. Podemos cambiar de dirección cuantas veces queramos abarcando toda la pared vaginal. Como antes he dicho, la duración suele ser de unos 15 minutos, pero en realidad será nuestro cuerpo el que marque el tiempo, ya que llega un momento que se produce una irritación de la zona y tenemos sensación de quemazón o de hormigueo, ese será un buen momento para concluir. Según vayamos haciéndolo, a lo largo de los días notaremos que los músculos pasan de estar tensos a estar más relajados, así que comprobaremos que vamos logrando nuestro objetivo.


Si el masaje se realiza porque hemos tenido un desgarro en el parto o una episiotomía, y nuestro objetivo es que no se produzca un queloide, deberemos focalizar el masaje sobre la zona, aunque en este caso es mejor que acudas a tu fisioterapeuta para tratarlo.

"Los kegel, importantes, pero no tanto”



Son muchas las pacientes que vienen a la consulta y me dicen que ellas hacen un montón de ejercicios de Kegel desde que han dado a luz pero siguen con problemas de pérdidas, no saben si lo hacen bien o no notan si están contrayendo.

           En este post voy a hablar de los ejercicios de Kegel, esos ejercicios que todas conocemos. Nos los presentan como la solución a nuestro problema. Sé que voy a crear polémica puesto que voy desmitificar unos ejercicios “de toda la vida” por lo que ruego se lea hasta el final.

            Los ejercicios de Kegel fueron desarrollados por  el ginecólogo Arnold Kegel en la década de los 40 para tratar de mejorar y fortalecer el suelo pélvico, y así evitar los problemas que tienen lugar cuando este “afloja” (quien no se acuerde, que revise los post anteriores). Consisten en contraer el suelo pélvico de forma voluntaria.

          Mis pacientes me dicen, que cuando el ginecólogo les manda hacer kegel les dice: “cuando estés orinando prueba a cortar la orina, de este modo localizas los músculos que debes contraer”. Este método está bien si lo haces de forma eventual, pero tengo pacientes que lo toman como costumbre y es un ERROR, hacer el Stop Pi – Pi (que se denomina esta práctica) solo conduce a una mala educación del vaciado vesical, es decir, que la vejiga no se vacía cuando debe. Esto provoca posibles infecciones de orina ya que dejamos orina en la vejiga más tiempo del que debería estar (residuo miccional). Otro error grave a la hora de hacer los kegel es empujar y esto, como todas ya sabemos, es perjudicial porque provoca un sobreestiramiento del suelo pélvico. Para hacer bien los Kegel, para notar si contraemos o no el suelo pélvico, es mucho más sencillo y menos perjudicial, introducir un dedo en la vagina y simular que aguantas las ganas de hacer pis, en ese momento, en nuestro dedo notaremos movimiento como si nuestras paredes vaginales quisiesen extrangular el dedo,  esto sería lo ideal, claro.

En el caso de los hombres el dedo se introduce en el ano, porque ellos también tienen suelo pélvico y quizás no les de problemas de descenso de órganos pero hacer estos ejercicios mejora su control sexual.

           La principal “pega” de los ejercicios de Kegel es tipo de contracción que provocan. La contracción que realizamos con estos ejercicios es voluntaria, con lo cual contraemos las fibras musculares de tipo II, que son fibras rápidas y no fatigables. Para que entendamos esto de una forma sencilla explicaré que el suelo pélvico tiene dos tipos de fibras musculares: las I, que nos dan el “aguante”, el tono, la resistencia, que son lentas y no se fatigan con facilidad (sostienen el peso de las vísceras todo el día); y las fibras II, que nos dan la “fuerza” y la velocidad. Pues bien, después de esta explicación, todos pensaríamos que trabajar las fibras II, que se realiza con los Kegell, es lo más importante, pero la cosa cambia si os digo que en el suelo pélvico hay un 80% de fibras de “Aguante” y un 20% de fibras de “fuerza”.

           No todo es negativo,  los Kegel mejoran las relaciones sexuales. Al tener la capacidad de contraer las paredes vaginales conseguimos apresionar el pene aumentando el rozamiento, que es al final lo que da placer a ambos miembros de la pareja.

A nivel patológico, ¿qué sentido tiene practicar algo de forma constante si solo nos aportara un 20% de beneficio? Lo tiene, no por ser solo el 20% del músculo lo vamos a abandonar a su suerte. No debemos olvidarnos de hacer los Kegel, pero sin descuidar el tratamiento de las otras fibras del suelo pélvico, las que no se agotan y aguantan el peso de las vísceras. Estas fibras se tratan con la Gimnasia Abdominal Hipopresiva, que a pesar de ser más “joven”, ya que son técnicas modernas, se está comprobando que son las que más beneficios aportan.

La pauta de los Kegel sería hacer series de 5 ejercicios, en la posición que se quiera (sentado, tumbado, andando), pensaríamos que aguantamos las ganas de orinar 5 segundos , tras esto, relajaríamos el suelo pélvico al menos 10 segundos antes de hacer otra repetición. No tiene sentido hacer más de 5 repeticiones, ya que el propio Marçel Caufriez, mentor de la fisioterapia uroginecológica, ha realizado estudios en los que se afirma que de la primera contracción que se realiza a la segunda, hay una pérdida de fuerza, y con ello de efectividad, del 30%, de modo que a partir de la 5 repetición puedes pensar que estás haciendo mucha fuerza, pero a nivel muscular no estarás trabajando tus músculos del suelo pélvico porque estos se habrán agotado, por lo que he explicado antes del tipo de fibra que contraemos.
imagen extraída de www.fisioterapiavalencia.com

Yo recomendaría hacer tandas de 5 kegels, de 5 segundos con 10 segundos de descanso, tres veces al día. Como no requieren una posición especial, los puedes hacer en cualquier sitio, y es por eso que a la mayoría de nosotras se nos olvida hacerlos, una buena pauta serían 3 tandas al día: desayuno, comida y cena. Hay que asociarlo a algo que hagamos todos los días sistemáticamente, de este modo no se olvidan, por ejemplo lavarse los dientes (ojo! Que esto solo es un consejo). A continuación vemos un video de cómo se realizan correctamente:


Resumiendo, Kegel,  son importantes pero no tanto como se creía. Hay que trabajarlos pero no podemos olvidarnos trabajar ese 80% restante del músculo con nuestros hipopresivos.
 
Texto extraído de: cuidandotusuelopelvico.blogspot.com

viernes, 18 de noviembre de 2011

Manifiesto maternal

Totalmente de acuerdo ;-)

http://www.jesusaricoy.blogspot.com
http://www.rompiendoaguas.com


No pedimos disculpas ni pedimos permiso, de hecho no pedimos absolutamente nada.Establecemos aquí y ahora que: 

Nuestro cuerpo es nuestro y no un escaparate, ni un invento, ni una moda de otros. Nuestro embarazo es nuestro y es un periodo en la mayor parte de las veces de salud y felicidad y no un continuo desasosiego.
Nuestro parto es nuestro y es un momento sagrado y de transición que requiere el más absoluto respeto. No se nos maneja, ni dirige, ni se nos interviene a no ser que sea absolutamente necesario, por comadronas que entienden y se han informado sobre esta necesidad.
Nuestra leche es nuestra, es irremplazable no entiende de intereses económicos, es nuestra historia, nuestro arte, nuestra cultura, nuestro vínculo y nuestra supervivencia.
Nuestros hijos son nuestros y no del Estado. Las decisiones en torno a su crianza y educación deben estar libres de presiones politicas, económicas o sociales.
Nuestro futuro es nuestro y la mujer para poder ser libre debe también serlo como madre, si el feminismo que nos trajo hasta aquí se dejó un trozo de nosotras en el camino no estamos en ningún sitio, no existimos.
Somos mujeres como colectivo, como hermanas, como tribu y no podemos perdernos por el camino.
Desde el útero, desde las entrañas y con el bebé en el brazo exigimos:
* Acabar con la promoción de falsos estereotipos de belleza, inventados por las industrias de la moda y de la pornografía y generados por ordenador .
* La integración social de la maternidad.
* La normalización del pecho como fuente de alimento de nuestra especie y contacto físico necesario para la madre y el bebé. Que la leche artificial se dé unicamente bajo prescripción facultativa.
* Que las madres puedan disfrutar de su maternidad y amamantamiento sin presiones económicas, políticas o sociales
* Que la mujer dé a luz en libertad y sin presiones externas, es decir, en su casa o en el hospital, y en sus propios términos siendo informada de sus opciones.
* Nadie puede tocar y mucho menos alimentar a nuestros bebés sin permiso y nadie puede interferir en nuestro espacio o tiempo para estar con nuestros bebés.
* Que la crianza y educación de nuestros hijos sea una prioridad social, re-evaluada y entendida desde el punto de vista fisiológico y respetando siempre las necesidades emocionales de los niños.
* Que los bebés y los niños sean amados y respetados socialmente, cualquier publicidad, publicación o similar que implique que el niño es un estorbo social es denigrante.
* Que la promoción y utilización de guarderías y centros en los que dejar a bebés menores de dos años se regularice teniendo en cuenta las necesidades fisiológicas y alimenticias del bebé recomendadas por la OMS y otros organismos similares, si para ello hay que alargar la baja maternal que así sea.
* Que la familia sea respetada y apoyada como lo que es, la base social que genera el futuro.
Para manifestar tu adhesión al manifiesto puedes enviar un email con tu nombre completo a rompiendoaguas@gmail.com indicando MANIFIESTO en el titulo. Gracias!

Para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de nacer, Michel Odent

“Esta es una presentación diseñada para promover el mensaje de que la forma en que somos gestados y nacemos tiene un gran impacto en la forma en que se desarrolla nuestra vida. Los nacimientos violentos e industrializados promueven la vida mecanizada y violenta de nuestra sociedad actual.”



DE QUÉ MANERA LA GLOBALIZACIÓN ESTÁ AFECTANDO EL PARTO Y EL NACIMIENTO, por Ina May Gaskin


Probablemente la mayoría de vosotros sabéis que Estados Unidos ha sido el primer país en la historia que ha eliminado la profesión de comadrona. Siguiendo el liderazgo de Estados Unidos, Canadá fue el segundo país, haciendo de la mayor parte del continente de América del Norte un territorio ilegal para el ejercicio de la profesión de comadrona. Sólo la barrera lingüística y las profundas diferencias culturales entre Estados Unidos y México protegió a las «parteras» mejicanas de este fenómeno. La aniquilación de la matronería fue un experimento social de carácter masivo que, durante un largo período, causó para las mujeres la pérdida de una fuente de conocimiento sobre las capacidades de sus propios cuerpos.
Generaciones sucesivas de mujeres norteamericanas no creían que podían dar a luz sin fórceps, analgésicos, hospitales, doctores y episiotomías. Por otra parte, ya nadie creía que la leche materna fuera buena, ya que muy pocos médicos sabían algo sobre la lactancia materna.
Siguiendo los consejos de sus médicos, las mujeres muy obedientes, alimentaron a sus hijos con leche de vaca, creyendo que esta alimentación produciría niños más sanos que los niños alimentados con su propia leche. Todos estos cambios radicales sucedieron en el mismo período en que las mujeres norteamericanas obtenían por primera vez el derecho de voto.
De hecho la matronería había sido ya destruida en EU y Canadá antes de que las feministas se dieran cuenta de cuán importante era una matronería fuerte y autónoma para proteger el conocimiento y la sabiduría de las mujeres en cuánto a su capacidad de parir y amamantar. Las feministas tenían en esa época muchas otras prioridades, por lo cual los temas ligados al nacimiento no emergieron durante un largo período.
 Durante la primera parte del siglo XX, fue difícil para las mujeres darse cuenta de que no eran los hospitales y los médicos los que hacían que un nacimiento fuera más seguro que 100 años antes. No tenían consciencia de que eran las mejores condiciones sanitarias, el agua potable, las mejores vías de comunicación y de accesibilidad, junto con la técnica de transfusión sanguínea las que contribuyeron a reducir constantemente las tasas de mortalidad materna entre 1936 y los años 1970 y no el hecho de que 99% de los nacimientos fueran hospitalarios. Cuando las mujeres comenzaron a entender esto, reaccionaron en contra de la deshumanizació n de los partos hospitalarios, quedándose en sus domicilios para dar a luz con amigas que escogían para oficiar de comadronas. Este fenómeno cogió por sorpresa al cuerpo médico.
El movimiento de parto natural que comenzó en los años 60 demostró que las mujeres podían, mediante la organización y la acción directa resucitar una profesión que había sido despreciada y rechazada. Cuando mujeres norteamericanas -como fue mi caso-, descubrimos formas de aprender a ser comadronas, supimos que Europa y el resto del mundo no habían seguido el ejemplo de EU y que por el contrario, habían mantenido la profesión, y en el caso de los países más avanzados, habían formalizado la formación de comadronas.
Quizás no puedan imaginar cuán excitante fue para nosotras, en EU, saber y darnos cuenta que la matronería había sobrevivido en todas partes.Comencé a entender que las comadronas en Europa no habían sobrevivido en todos los casos con su profesión intacta. Por «intacta» entiendo con el tipo de autonomía que nosotras por lo menos en nuestro pueblo, consideramos necesaria. Pero con una profesión legal y aparentemente floreciente en todos los países europeos, pensamos que los europeos estaban más adelantados que los americanos y que habían evitado la pérdida de los conocimientos acerca del parto que habían sufrido las mujeres en EU y Canadá.
Esta pérdida del conocimiento que produjo un incremento tan importante de cesáreas y de partos instrumentados. Empecé a ser consciente de los efectos de la globalización en el nacimiento a través del mundo cuando leí acerca de cómo los grupos hospitalarios americanos compraban hospitales en cualquier país rico donde había hospitales para comprar. Este fenómeno me chocó y me preocupó, porque supone que estas empresas estaban lanzando sus tentáculos tan lejos como podían y -si la gente y los gobiernos se descuidaban- , las corporaciones americanas iban a influenciar la atención sanitaria en países que estaban actualmente brindando una mejor atención sanitaria que la que muchos ciudadanos americanos reciben.
De la misma manera que la firma MacDonalds se expandió en el mundo como una enfermedad contagiosa, así el estilo «MacParto» de atención a la maternidad empezó a remplazar mejores y más saludables sistemas locales de atención materno-infantil. La característica clave del modelo «Macparto» es la utilización frecuente de drogas farmacéuticas y de tecnología médica que genera ingresos a ciertas empresas. Digámoslo claramente: un alto porcentaje de partos sanos, naturales en cualquier país es una mala noticia para estas empresas. Sin embargo, esto es bueno para la salud pública, y esto es lo que debemos subrayar a la población, a los ministros de salud y a los gobiernos de nuestros propios países.
Las empresas no colocan a la salud pública entre sus prioridades. Nosotros lo sabemos cuando vemos el crecimiento incontrolado y la extensión de la biotecnología, de los alimentos y los medicamentos genéticamente modificados, la energía nuclear, los tratamientos hormonales substitutivos, la medicina de la fertilidad, la cirugía estética, impresionantes campañas de marketing para vender todo lo citado a gente que realmente no necesita de estos productos y servicios. Los beneficios son el único motor de estas empresas y debemos ser conscientes de ello.
 El sueño de las empresas en cada país del mundo sería que las mujeres planifiquen la fertilidad desde su más temprana edad tomando pastillas anticonceptivas hasta que estén listas para tener una familia, que programen sus partos por cesárea precoz, que aquellas que quieran parir por vía vaginal deban justificar su opción, que la depresión postparto que resulte sea tratada con drogas, que todos los bebés sean alimentados con alimentos especiales, que las mujeres tomen hormonas durante la menopausia y continúen tomando por el resto de sus días.
Por todo ello, vale la pena estudiar lo que ocurrió en EU a principios del siglo XX, en un tiempo en el que las mujeres aprendieron a temer sus propios cuerpos. Cuando las mujeres respetan sus propios cuerpos y entienden como acceder a su química interna para facilitar el parto y la lactancia, las estrategias de marketing no funcionan. Es fácil difundir miedo a través de los medios de comunicación. Hollywood lo ha demostrado. Cuando analizamos el crecimiento de las tasas de cesáreas en la mayoría de los países europeos en las últimas dos décadas, debemos reconocer que las películas americanas y los programas de televisión tienen una gran responsabilidad en la difusión y el marketing de la tecnología en torno al parto y al nacimiento. Debemos ser muy creativos e inteligentes cuando ideamos estrategias para convencer a las mujeres de que sus cuerpos no son máquinas deficientes y que la manera más cara no es siempre la mejor manera. De lo contrario, el mundo de pesadilla que creamos nos destruirá a todos. Yo sugiero que hagamos el mundo para las generaciones futuras protegiendo el principio básico de las comadronas que creen que el cuerpo de las mujeres ha sido maravillosamente creado para realizar el acto de dar a luz y que enseñemos a las mujeres (y al público en general) cómo el parto institucional tiende a socavar la confianza de las mujeres en sus propias capacidades. Esta será una gran tarea, pero yo creo que es realizable.
Ina May Gaskin

Esperar tres minutos para cortar el cordón umbilical, beneficioso para el desarrollo del bebé


Durante los minutos posteriores al parto el recién nacido recibe una importante transfusión de sangre procedente de la placenta que incrementa sus niveles de hierro y evita la anemia.

Esperar tres minutos antes de cortar el cordón umbilical del recién nacido puede ser especialmente beneficioso para la salud del bebé. Así lo afirma una investigación publicada por la revista británica «British Medical Journal» (BMJ) y que asegura que tras el parto, una medida tan simple como retrasar en este tiempo el corte del cordón tiene múltiples y positivas consecuencias para el organismo, entre ellas una sustancial mejora del nivel de hierro en sangre.
El estudio, realizado entre 400 recién nacidos de embarazos sin riesgo, muestra que los bebés sometidos a esta práctica presentan una concentración más alta de hierro en sangre que aquellos a los que se les somete al corte tres minutos antes.
El motivo es sencillo. En los minutos posteriores al nacimiento, el recién nacido recibe una importante transfusión de sangre procedente de la placenta materna. Cortar el cordón umbilical tres minutos después produce, según la investigación de BMJ, que esta transfusión placentaria sea mayor y aporte por ello al neonato una mayor cantidad de hierro que disminuirá además el riesgo de anemia.
Estudios ya publicados hasta el momento corroboraban la teoría del retraso en el corte del cordón a pesar de que otras investigaciones habían apuntado que esta práctica podía tener distintas contraindicaciones para el desarrollo del recién nacido, pudiendo elevar el riesgo de ictericia neonatal y otro tipo de problemas de salud. Sin embargo, este nuevo estudio hecho público por «British Medical Journal» deja constancia de que el retraso en la incisión umbilical no parece estar vinculado a dichos efectos.

Investigación entre 400 bebés

Tanto la deficiencia de hierro como la anemia causada por la falta de dicho mineral constituyen dos importantes problemas en recién nacidos y en menores en edad escolar debido, principalmente, a sus mayores requerimientos de hierro durante el crecimiento. De hecho, una cuarta parte de los niños ha mostrado presentar este tipo de anemia, cuya prevalencia en Europaes de entre un 3 y un 7% en menores.
Además, adquirir unos niveles adecuados de hierro es esencial para múltiples aspectos el cerebro y su ausencia puede acarrear además problemas de desarrollo motor y cognitivos, dado que los suplementos de hierro contribuyen a una mejora del desarrollo mental y psicomotor en lactantes y niños.
En el estudio participaron 400 bebés recién nacidos con embarazos de bajo riesgo, de entre los cuales a algunos se les sometió al corte del cordón después de tres minutos y al resto a menos de diez segundos después del parto. Los resultados de la investigación demostraron que los bebés cuyo corte se realizó más tarde mejoraron su volumen de hierro en sangre.
Según los autores de la investigación, «el retraso del corte umbilical debe ser considerado comoatención estándar para los nacimientos a término tras embarazos que no presenten complicaciones».
ABC.es

¿Tiene cólicos del lactante? Son temidos y molestos pero pasajeros

No tiene hambre, ni sueño, ni está enfermo. Pero llora sin consuelo todas las tardes durante horas. Sufre los incómodos cólicos del primer trimestre que pondrán a prueba vuestra paciencia. Aprende a aliviarle y a sobrellevarlos.



Comienza alrededor de las dos semanas de vida y pueden alargarse hasta los 3 ó 4 meses. Resultan incómodos para el bebé…y angustiosos para los padres. Así son los cólicos del lactante, un cuadro típico de llanto del recién nacido, que afecta a un 10-30 por ciento de los bebés, y que supone un motivo de consulta médica.
Para el diagnóstico, la regla de los tres
Llorar durante al menos tres horas al día, un mínimo de tres días a la semana y a lo largo de más de tres semanas. Éstos son los tres requisitos necesarios para determinar que tu pequeño sufre cólicos del primer trimestre. Observarás que un llanto similar al grito empezará a diario, de forma brusca y sin motivo aparente –no hay fiebre, ni vómitos, ni otro síntoma evidente- y lo hace al caer la tarde, aunque también pueden darse por la mañana. Entonces, y pese a tus incontables intentos por calmarle, tu pequeño parece no encontrar consuelo, hasta que, también de manera brusca, su llanto cesa en un momento dado de la noche. Además, es normal que durante la crisis, tu bebé esté rígido, con la cara enrojecida y aspecto enfadado, y encoja las piernas hacia la tripa, aprieta los puños y su espalda se arquee. Y si tocas su abdomen, lo notarás duro y quizás expulse algún gas.
¿Por qué se producen?
Se desconoce el origen. Numerosos estudios médicos han intentado determinar la causa, pero no se ha llegado a ninguna conclusión. De ahí que tampoco tenga una solución concreta. Sin embargo, estas investigaciones revelan la existencia de una seria de factores que se barajan en su aparición y que se resumen en tres grandes grupos:
Aspectos alimentarios. En tan sólo un pequeño porcentaje -alrededor del 5 o 10 por ciento de los casos- podría estar implicada la alimentación. Por este motivo, y sólo en casos muy concretos –cuando aparecen otros síntomas como baja ganancia de peso, diarrea crónica- se plantea un cambio en la alimentación. Si el bebé es alimentado con lactancia artificial, el médico prescribirá una leche especial, y si es amamantado, le pedirá a la madre que suprima los lácteos.
Factores ambientales. Unos padres nerviosos no son responsables directos de los cólicos de su bebé, pero lo cierto es que contribuyen a su aparición. Por similares razones, un recién nacido excesivamente estimulado o que no se encuentre en un ambiente relajado puede sufrir estos episodios con más facilidad.
Además, se apuntan cuestiones varias como el temperamento más nervioso del bebé, inmadurez neurológica del lactante –más evidente hasta los tres meses de vida-, alteraciones hormonales –presencia más elevada de la hormona intestinal, la motilina-, o problemas intestinales como el reflujo gastroesofágico. Pero también hay autores que aseguran que el cólico del lactante es simplemente la primera forma que tiene tu hijo para manifestar su protesta.

La solución a los cólicos del lactante
* El tiempo es el único “remedio” eficaz para estas crisis. Y es que, al no responder a ninguna enfermedad, la mejor medicina consiste en esperar y confiar en que, no más allá de los cuatro meses de vida, este llanto desaparecerá, y las tardes-noches empezarán a ser más relajadas para todos. Hasta entonces, deberás seguir las recomendaciones de tu pediatra, que se centrarán principalmente en acompañar al bebé, siempre y cuando haya descartado precisamente la intolerancia a la leche de vaca. Así, en cuanto empiece el llanto, métete en una habitación en la que no haya ruidos, dejándola en semipenumbra, coge a tu pequeño en brazos y hazlo durante el tiempo que sea necesario.
* No le dejes llorar por miedo a que se “acostumbre”, un bebé tan pequeño no está intentando manipularte con su llanto, ni quiere lograr tu atención intencionadamente. Una vez que le tengas en brazos, colócale en posición boca abajo –apoyando su cabeza en tu antebrazo, pasando tu mano bajo sus rodillas y evitando comprimir su tripita- y mécele suavemente, con movimientos rítmicos de balanceo y cantándole canciones de cuna. También puedes sentarte y apoyarle, boca abajo, sobre tus rodillas, mientras le das un ligero masaje en la espalda.

* Los balanceos en una mecedora con un ritmo marcado o bien los paseos en su cochecito le suelen tranquilizar. También un baño tibio, seguido de un masaje en la tripa, pueden ayudarle. Realiza, alrededor del ombligo, movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, ejerciendo una presión moderada. También puedes probar a juntar sus rodillas y llevárselas hacia el vientre, sujetarlas así unos segundos, y luego, soltarlas, y repetir la secuencia varias veces.
* Revisa su forma de alimentarse buscando la manera de reducir sus gases. Así, si le ofreces el biberón, vigila que la tetina siempre esté llena de leche, para lo que deberás colocar el biberón casi en posición vertical, y procura hacer un descanso a media toma para ayudarle a eructar. Y si tu bebé toma el pecho, asegúrate de que mama en la posición correcta, es decir, que todo el pezón y parte de la areola están dentro de su boca. Además, evita la ingesta de bebidas excitantes como el café té o la cola.
* Olvídate de cambiarle de leche de fórmula sin que el pediatra te lo indique o de ofrecerle “tisanas” milagrosas que podrían ser peligrosas para tu bebé. Sólo si el médico te lo receta, podrás administrarle algún medicamento para aliviar sus gases o algún producto homeopático recomendado en las dosis que él te marque.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Consejos para cuidarte durante el embarazo


Entre la mujer y el bebé que crece dentro de ella se establece un canal de comunicación permanente. Todo lo que la madre hace repercute en el feto: si practica ejercicio, mejora su oxigenación; si come bien, favorece su desarrollo; si descansa y busca tranquilidad, le proporciona bienestar. Son buenas razones para cuidarse.

1. Conseguir tiempo libre

Debemos reservar un rato cada día para realizar una actividad agradable: tomar un café con una amiga, ir al cine, leer a nuestros autores favoritos, salir de compras o disfrutar de un relajado paseo por el parque. Este tiempo será algo así como la guinda de la jornada. Es imprescindible que, a lo largo del día, haya un equilibrio entre las fases de actividad y las de descanso.

2. Levantarse, un placer

¿Por qué saltar de la cama al primer timbrazo del despertador? Es preferible desperezarse con ganas, como hacen los gatos, antes de incorporarse.
Este estiramiento hará que nos sintamos mejor y pondrá el sistema circulatorio en marcha. Por el bien de la musculatura abdominal, hay que tumbarse de costado antes de incorporarse. Una vez que hayamos puesto los pies en el suelo, levantemos los brazos y saludemos el día con una sonrisa. Ahora sí estamos listas para comenzar la jornada.

3. Libertad para los pies

Dar un paseo por un terreno blando, como un sendero de tierra o la playa, descarga los pies y la espalda. Es imprescindible llevar un calzado cómodo y sin tacones, y caminar en buena postura: erguidas y con la tripa metida para contrarrestar la curvatura de la espalda.
Si antes de irnos a la cama aplicamos aceite de sésamo tibio en los pies (se calientan dos cucharadas al baño María), nos damos un buen masaje y nos ponemos unos calcetines, dormiremos a pierna suelta.

4. Adiós al mal humor

Los pequeños enfados pueden evaporarse tras repetir el siguiente ejercicio diez veces:
  • De pie, con los pies separados y alineados con los hombros, y las rodillas ligeramente flexionadas.
  • Mantenemos la columna recta, los músculos relajados, dejamos caer los hombros y juntamos las palmas de las manos a la altura del pecho.
  • A continuación presionamos los pulpejos (la parte de la palma de donde sale el dedo pulgar) uno contra el otro, contando hasta diez, y relajamos.

5. Cervicales relajadas

  • Siéntate en el borde de una silla, con la espalda recta y el cuello estirado.
  • Baja la barbilla hacia el pecho al tiempo que elevas los hombros al máximo.
  • A continuación, se bajan haciendo movimientos giratorios y echándolos hacia atrás. Hay que intentar acercar los omóplatos lo más posible, como si se fueran a tocar.
  • Conviene repetir el ejercicio unas diez veces como mínimo. ¡Las cervicales quedarán como nuevas!

6. El placer de un buen baño

Nada mejor para cuidarnos durante el embarazo que darnos un buen baño relajante de cuando en cuando. Llenamos la bañera de agua no muy caliente, echamos unas 15 gotas de esencia de incienso o mirra, nos sumergimos... y no tardaremos en sentir sus efectos renovadores.
Las fragancias estimulantes también te ayudarán a reponer fuerzas. Hay que echar dos o tres gotas de esencia de cítricos sobre una piedra aromática, acomodarse en un sillón confortable, cerrar los ojos y respirar el olor que desprende la piedra.
La esencia de cítricos resulta relajante y estimulante a la vez, por lo tanto, es perfecta para activar nuestra energía en muy poco tiempo cuando solo disponemos de un rato libre. No se debe cambiar de aroma sin consultar con un especialista porque no todos los aceites etéreos son apropiados durante la gestación.

7. Que trabajen los demás

Si la pareja, los padres o amigos quieren echarnos una mano con nuestras tareas, aceptemos de buen grado.
Y si ellos no caen en la cuenta, no dudemos en pedírselo. Conviene acostumbrarse a hacerlo, pues cuando haya llegado el bebé, toda colaboración será poca.

8. Nueces y bebidas reconfortantes

Para reponer fuerzas no hay nada mejor que las nueces. Se pueden comer a cualquier hora, y las peladas son fáciles de transportar porque caben en cualquier bolsillo. Aportan cinc y magnesio, dos nutrientes que estimulan las células grises. Pero no hay que pasarse: unos 40 gramos al día bastan, porque también son muy ricas en grasas.
Una bebida reconfortante. Si hace frío, no hay nada más estimulante que tomar una bebida caliente. Cuando se espera un bebé noconviene abusar del té ni del café (no más de tres cafés suaves, ocuatro tés al día), ni beber tisanas que no hayan sido recomendadas porel médico. Un vaso de leche con miel (ideal antes de irse a dormir) oun poleo nos darán energía y nos hidratarán.

9. ¡Fuera estrés!

Durante un breve descanso podemos hacer el siguiente ejercicio:
  • Nos tumbamos en el suelo boca arriba (mientras resulte aún cómodo hacerlo) frente a una pared vacía.
  • Poco a poco nos acercamos a la pared, y subimos las piernas estiradas, hasta que formen un ángulo recto con el muro.
  • A continuación, abrimos las piernas hacia los lados todo lo posible, sin forzar.
  • Colocamos las manos en los costados, donde se notará algún que otro tirón (sin importancia) por la postura.
Las cargadas de oxígeno también pueden ayudarte a reducir el estrés. Respiramos hondo, conscientemente, como si fuéramos a enviar el oxígeno hasta el último rincón del cuerpo. Expulsamos el aire lentamente, tardando más o menos el doble en espirar que en inspirar. El futuro bebé nos lo agradecerá y nuestra mente también.

10. Un buen masaje

Si somos de esas personas que dan vueltas y vueltas a los problemas, un masaje craneal nos vendrá como anillo al dedo. Podemos dárnoslo nosotras mismas.
  • Ponemos las manos sobre la cabeza como si fuéramos a lavarnos el pelo, pero, en lugar de frotar el cuero cabelludo, golpeamos la cabeza rítmicamente y con suavidad con las yemas de los dedos, como si entre las manos tuviéramos un tambor delicado.
  • Vamos de arriba abajo, y de delante atrás, abarcando poco a poco toda la cabeza. Este tamborileo estimula el cuero cabelludo y las vías nerviosas y, de paso, ayuda a liberarnos de pensamientos y emociones negativos.
  • Se aconseja hacerlo unas 40 veces.
El masaje que nos da nuestra pareja también nos hará sentir sumamente bien, Es fácil de entender: en la superficie de la piel están los receptores de las endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad. Además, está comprobado que los suaves masajes y las caricias benefician la salud. Relajan y estimulan el sistema circulatorio y el linfático. Solo hay que tener cuidado con la columna vertebral: debe quedar para los profesionales.

11. Piernas ligeras

  • Un sencillo ejercicio para combatir el dolor de piernas consiste en subir las puntillas y los talones alternativamente estando de pie, de manera que el cuerpo se balancee adelante y atrás.
  • Se puede realizar cada vez que estamos un rato de pie, por ejemplo, mientras nos lavamos los dientes.
  • Es recomendable repetirlo unas 30 veces.

12. Habla con el bebé

El futuro bebé oye la voz de la madre, así que ¿por qué no hablar con él? Podemos contarle cualquier cosa: que se acerca el momento de su nacimiento o que los abuelos vendrán a cenar con nosotros. Otra opción es escuchar una obra musical alegre y serena pensando que él también puede disfrutarla. Comunicarse con el niño intrauterino es una forma de incorporarle a nuestra vida, de demostrarle nuestro amor, y de forjar los primeros vínculos con él.

13. ¡Evita el dolor de cabeza!

  • Cuando la cabeza parece estallar: mojamos dos manoplas de felpa y las ponemos dentro del congelador hasta que estén bien frías (¡no deben llegar a congelarse!).
  • Luego colocamos una manopla sobre la frente y la otra en la nuca.
  • Cerramos los ojos e intentamos relajarnos.
  • Lo ideal es repetirlo dos veces con un intervalo de 15 minutos.
Autora: Eva Méndez.